QUERÍA ser madre y seguir siendo deportista de élite”. Son las palabras de la palista Maialen Chourraut, que tras conseguir la medalla de bronce en la final de K-1 de los pasados Juegos Olímpicos de Londres decidió dar un paso adelante en su vida personal y dar a luz a Ane. Y dicho y hecho. La guipuzcoana atraviesa un momento dulce, subiéndose al podio de las pruebas que disputa y siempre acompañada por su hija. Y es que Chourraut siempre tuvo claro que la maternidad no le alejaría del agua y tanto es así, que estuvo subida a la piragua hasta los ocho meses de embarazo. Y cuando su hija apenas tenía sesenta días, la palista ya destacaba en el campeonato estatal con una medalla de plata. Sin embargo, este 2015, su año de regreso a la alta competición tras ser madre, ha sido de oro para la guipuzcoana, quien logró la victoria tanto en el campeonato de Europa como en el de España; y un triunfo en la prueba de la Copa del Mundo disputada en Polonia, además de conseguir la plaza olímpica para el equipo estatal con su quinto puesto en los Mundiales de Londres del pasado septiembre. Unos galardones que le hacen valedora del premio a la mejor deportista vasca del año que acaba de acabar.

Pero Chourraut no se conforma con eso. Como buena deportista siempre busca más. Mejorar. Así, el 2016 se presenta intenso para ella. Será año olímpico, con todo lo que ello conlleva. Y la ilusión de Maialen es mejorar la gesta lograda los pasados Juegos, cuando se subió al último escalón del podio: “El objetivo y el sueño es ir a lograr la medalla de oro”. Sin embargo, la piragüista de Lasarte-Oria todavía tiene que lograr su billete personal para Río. Para ello tiene ocho meses, porque para los piragüistas la cuenta atrás hacia Brasil comenzó el pasado noviembre, cuando se llevó a cabo el test olímpico sobre el recién inaugurado canal de Río. Chourraut fue la más rápida en la manga final, pero una penalización de dos segundos la relegó al tercer puesto. Una medalla de bronce que espera convertir en oro el próximo agosto.

A sus 32 años y con la maternidad recién estrenada, a Chourraut no dejan de preguntarla por una posible retirada. Ella tiene claro que su vida, al menos por el momento, seguirá ligada a la piragua y la alta competición. Saborea el éxito de ver su nombre en el tercer puesto del ránking mundial, aunque no oculta su deseo de subirlo a lo más alto. Por ello, no solo no piensa en colgar la pala, sino que mira más allá del futuro cercano y habla incluso del 2017, cuando el Campeonato del Mundo se celebrará en el circuito de Pau, su segundo lugar de entrenamiento.