Un grupo de 23 chicos y chicas de Lemoa están disfrutando de una experiencia de desarrollo personal y social gracias al proyecto Elkartruke, impulsado por el Ayuntamiento. Son los jóvenes que están participando en un viaje a Lanzarote para descubrir de cerca proyectos vinculados a la sostenibilidad y el compromiso medioambiental.

Durante su estancia en este atractivo destino visitarán la Fundación Adacis, entidad dedicada a la defensa del medioambiente, así como la Oficina de la Reserva de la Biosfera, donde conocerán de primera mano cómo se gestionan y protegen estos espacios naturales únicos.

Más que un viaje

Lo están haciendo de la mano de Elkartruke, un proyecto consolidado que combina el intercambio cultural con la participación activa de la juventud en la vida local, promoviendo valores como la autonomía, la conciencia social y el arraigo al municipio. Por tanto, “es mucho más que un viaje”, incide la alcaldesa de la localidad, Esther Iturrioz. “Es una experiencia que construyen ellas y ellos mismos, participando en la preparación, las actividades de financiación, y ahora también en el contacto con entidades sociales. Aprenden a trabajar en equipo y se implican en su entorno”, destaca.

De hecho, el proyecto forma parte de las políticas municipales de juventud y se enmarca dentro del trabajo para fomentar la emancipación, el compromiso social y el arraigo al municipio. Y las personas participantes colaboran a lo largo del año en actividades para autofinanciar parte del viaje, lo que refuerza su autonomía y sentido de responsabilidad.

Reflexionar y estrechar lazos

Desde su puesta en marcha, Elkartruke ha ofrecido a jóvenes de Lemoa la oportunidad de viajar, conocer otras culturas, reflexionar sobre temas sociales y estrechar lazos con personas de su entorno. Con propuestas como esta, el municipio sigue apostando por una juventud activa, comprometida y protagonista de su propio desarrollo.

De ahí que desde el Ayuntamiento de Lemoa se valore muy positivamente la continuidad de este tipo de proyectos. “Elkartruke es una herramienta muy valiosa para conectar a nuestra juventud con otras realidades, pero también con su propio pueblo. Cuando vuelven, muchas veces lo hacen con nuevas ideas, con ganas de participar y de seguir haciendo cosas juntas y juntos”, asegura y confirma Esther Iturrioz.