Aitor Saizar quiere metas más altas
El piloto vizcaino, que marcha primero en el campeonato regional de rallys, busca participar en el europeo junior
eNTRE el sonido ensordecedor de un motor a más de 7.000 vueltas por minuto y el untuoso olor del carburante que inunda cualquier espacio, el hueco para los romanticismos cada vez es menor. Sobre todo si se tienen en cuenta las cifras monetarias que barajan cualquiera de los cientos de aficionados al mundo de los rallys, que buscan abrirse camino en un mundo cada vez más reservado a las grandes marcas y muy acotado solo para los grandes talentos, que aún así deben labrar su nombre sobre roca para conseguir llegar a algún lado. En ese lugar y con el cincel dispuesto entre las manos para lograr inscribir su nombre se encuentra Aitor Saizar, un piloto de Berriatua de tan solo 23 años que este año está empezando a despuntar en el campeonato regional de rallys de Euskadi, en el que marcha en primer lugar a falta de dos carreras para que concluya.
Para el joven Saizar entrar en los rallys fue tan natural como venir al mundo. “En la familia desayunamos gasolina”, declara orgulloso Enrike Saizar, padre de la criatura. El primero de la saga hizo sus pinitos en el mundo del motor preparando mínimamente un coche de calle para participar en alguna competición. Cuando Aitor vino al mundo la afición de su padre le arrastró y enamoró de por vida. Con tan solo 16 años se subía por primera vez a un coche de carreras para hacer de copiloto de su padre. Y claro, cuando alcanzó la mayoría de edad quiso ser él el que manejase el volante. Tamaña metáfora de emancipación vino acompañada de su primer coche de competición, un VW Polo con el que demostró que de casta le venía al galgo. Sus buenas marcas en el crono estaban acompañadas de muy pocos golpes en carrera, la combinación que un campeón de rallys necesita.
Pero no es hasta esta temporada cuando el de Berriatua ha comenzado a despuntar de verdad en este mundillo. La simbiosis de su padre Enrike con los talleres WRC de Arrigorriaga, consigue dotar al joven piloto de un coche competitivo, un Renault Clio con preparación F2000, una maquina que logra que Aitor comience a sacar todo el talento del que dispone en sus pasos por curva y hace que pueda soñar con metas más altas. De hecho, el año que viene el vizcaino proyecta correr el Campeonato Europeo de Rallys, pero para esa aventura a su padre Enrike ya no le llega la manta, por lo que se encuentran en este momento buscando patrocinadores para lograr su sueño.
“Este mundo cada vez es más complicado, se necesita mucho dinero y cada vez hay menos patrocinadores”, se lamenta el piloto, al que con solo mirar su coche se puede comprobar que los mecenas escasean. Apenas tres o cuatro rótulos en toda la carrocería, cuando hace menos de 15 años estas máquinas eran veloces anuncios que volaban sobre el asfalto. “Cuando yo empecé, entre lo que te daba el del bar de la esquina, el del kiosco y el del taller del barrio, apenas tenías que poner de tu bolsillo. Hoy este mundo es prohibitivo”, se lamenta el padre del piloto. Y es que solo el coche con el que compite Aitor cuesta unos 35.000 euros, y es nada más que el principio de la nota de gastos que tienen que salvar para competir: el juego de neumáticos, la gasolina, las quebradizas piezas que siempre hay que cambiar...
180.000 para competir en europa Y esto teniendo en cuenta que su aventura es regional. Para poder dar el salto al europeo, Aitor Saizar proyecta que se necesiten unos 180.000 euros en patrocinio. Un dinero que hoy en día es muy difícil de conseguir. Solamente un gran patrocinio de una marca que preste el bólido para correr puede hacer que alcance su sueño. Aun así, el joven de Berriatua no da su brazo a torcer. “Hay que aspirar a las metas más altas, luego la realidad ya pone suficientes trabas”.