Ángel Viadero, 45 años, se ha convertido en un auténtico valedor del Sestao River, que hoy se juega en Las Llanas (21.00 horas) el pase a la ronda final del 'play-off' de ascenso a Segunda
Sestao - ¿Cómo están física y mentalmente?
-Físicamente, bien? bueno hay cositas. Mentalmente, muy bien. El equipo está muy fuerte. Tiene una mentalidad tremenda. Hay que verles cómo se agarran a los partidos y en situaciones muy difíciles. El otro día, con el 1-0, a otro equipo le rematan. En ese aspecto el equipo es guerrero. Es un equipo de verdad, en todos los sentidos, de los que no engañan.
¿Se ha montado menos revuelo que con el Albacete?
-No. Yo creo que la gente, a nivel de público, sigue confiando y están contentos. Y nosotros muy tranquilos, la plantilla es muy madura. El equipo sabe que para volver a tener una opción de ascenso hay que ganar. Pero viviendo con calma, con mucha naturalidad, de verdad. Ya te digo que es un equipo muy maduro.
¿Qué tanto por ciento de éxito ve en favor del River en esta segunda eliminatoria?
-Es difícil. El resultado es favorable, pero también intuyo que va a ser complicado que el partido acabe cero a cero; con lo cual, teniendo en cuenta ese dato, se iguala mucho. Nosotros somos un equipo de pegada, de ir a buscar, y tampoco creo que es conveniente ahora cambiar nuestro estilo. Al jugar en casa, sí que puede parecer que tenemos algo de ventaja. Ante nuestra gente, eso sí que da un plus.
Lo que sí parece que les favorece es que están obligados a marcar.
-Sí, quizá tengan que exponer un pelín más. Pero no creo que vayamos a volvernos locos, ni ellos ni nosotros. Será un partido intenso de ritmo. Yo creo que ninguno de los dos va a cambiar la forma de actuar, seremos fieles a lo que hacemos habitualmente.
¿Qué te pareció el Nàstic en casa?
-Me pareció un buen equipo de Segunda B. De los mejorcitos que he visto.
¿Tiene muchas bajas?
-Cabero por sanción y un par de jugadores andan con molestias y hasta el último momento no sabemos cómo estarán.
¿Han aprendido mucho del primer cruce?
-Yo creo que de todo en la vida hay que aprender. Hay que aprender muchas cosas, también aprendemos muchas cosas de nosotros. Aprendemos a querernos más. A valorarnos más. A demostrarnos que hemos sido un equipo que está entre los mejores pero que al final hemos sido uno de los mejores. No solo se aprende de lo malo, sino que hay que aprender tan bien de lo bueno.
Qué cambio de ver a los jugadores en el vestuario de Albacete al del Nàstic.
-Estábamos contentos con el equipo y con el trabajo. Pero también estábamos descontentos porque el resultado pudo ser mejor y algunas decisiones a última hora nos dejaron fastidiados. Dos amarillas a Cabero, en cinco minutos, en dos faltas normales. Un penalti, con expulsión de un rival, sobre Pape? eso nos dejó malos. Muy orgullosos del trabajo, pero fastidiados porque el resultado pudo ser mejor y haber dejado la eliminatoria más encarrilada de lo que está.
Alguien al oír esto y lo ocurrido en la primera puede decir que el Sestao River puede ser un poco llorón.
-Yo no soy de quejarme. Nunca me he quejado en todo el año. Pero si ser llorón es que te piten dos penaltis en casa, y uno de ellos no creo yo que se haya pitado en ningún campo de fútbol, entonces los errores y determinadas situaciones marcan mucho la eliminatoria. En un campeonato a 38 partidos puede haber errores que se pueden corregir. Pero ahora los errores se pagan muy caros. El penalti a Diamanka es un penalti clarísimo y casi, casi seguro hubiera significado un 1-2, porque tenemos a un lanzador que es un especialista y ahora estaríamos hablando de una eliminatoria totalmente distinta. Yo no soy llorón para nada. Nunca he llorado ante las adversidades. Todo lo contrario. Pero sí me quejo ante las injusticias.
¿Cuál será la clave del partido de hoy en Las Llanas?
-Nosotros vamos a intentar ser el equipo de siempre. La clave no sé. Vamos a ver cómo transcurre el partido. Intentaremos estar agarrados al partido y a la eliminatoria en todo momento. Lo que trataremos de hacer es nuestro trabajo bien y a ver si somos capaces de ser mejores que el Nàstic sobre el campo.