Herri Krosa: la lluvia, el atleta 8.672
El aguacero fue un ingrato protagonista de la carrera y fue un obstáculo más para los deportistas Los participantes buscaron remedios para intentar mojarse lo menos posible durante la prueba
La lluvia no quiso faltar a la cita y se convirtió en el participante 8.672 de la XXVI Herri Krosa. Fue una compañera de prueba incómoda y obligó a que, durante el calentamiento y el desarrollo de la carrera, los atletas tuviesen que adaptarse a las condiciones adversas. Por ello, la Gran Vía bilbaina se convirtió en un manto de chubasqueros y paraguas en el que las camisetas térmicas impedían que el frío se apoderase de los atletas. En los minutos previos al pistoletazo de salida, quien más y quien menos buscaba un lugar resguardado en el que calentar sin mojarse. Los aterpes del palacio foral y de la sede de Kutxabank en esta arteria de la capital vizcaina eran un hervidero de gente que se ponía a punto para dar la talla en la prueba. "No es la primera vez que hago la carrera lloviendo y, como suele llover, hemos traído chubasqueros. Es importante no quedarse frío y no salir húmedo", explicó Rafa Calvo, un santurtziarra que participó junto a sus dos hijos y su pareja. Los más pequeños eran debutantes en la prueba y corrieron bien abrigados con sus impermeables, pero Rafa decidió participar con el refuerzo de una camiseta térmica. "No voy a llevar chubasquero, con la camiseta térmica mantendré la temperatura y creo que, con esto, me sobrará", señaló.
Había tantas formas de protegerse de la lluvia como participantes tomaron la salida. Cada uno tenía su manera de prepararse y de correr bajo el aguacero. Hubo varias personas que, con bolsas de basura, improvisaron unos chalecos que, en los momentos previos y en la propia prueba, les sirvieron para no mojarse. Ejemplo de ello, eran Alain y Alfonso que calentaban frente al palacio foral con esta improvisada prenda. "No vamos a correr con ello, ni siquiera con chubasquero, pero es importante llegar a la salida secos", afirmaron mientras realizaban estiramientos. Y es que, según su opinión, el llevar algo más de ropa de lo normal es una molestia a la hora de correr la prueba. "Es bastante incómodo ir con el chubasquero. Te roza, no estás a gusto... Ciertamente, preferimos mojarnos un poco más y estar más cómodos en la carrera", señalaron.
Pero, entre tantos participantes, también se pudo ver a muchas personas que optaron por cubrirse de la lluvia con este mientras corrían. Por su parte, Jose y Xabi optaron por recorrer los 10 kilómetros con impermeable. "Es cómodo y te protege de la lluvia y, sobre todo, de la humedad que es el peor enemigo cuando el tiempo está como hoy -por ayer-", comentaron.Se dio el pistoletazo de salida a la prueba y las precipitaciones no cesaron. Al contrario, en muchos momentos, la lluvia arreció con fuerza y el viento también hacía de las suyas. Algunos, mientras corrían ya sentían el frío en sus cuerpos. Otros, por su parte, progresaban con paso firme por el circuito bilbaino. Los más valientes solo lo hacían con una camiseta bajo la elástica facilitada por la organización, mientras que, otros, tenían a un impermeable como inseparable compañero de fatigas.
La prueba avanzaba y el atleta 8.672 se resistía a abandonar. En unas ocasiones con más fuerza que con otras, la lluvia azotaba la capital vizcaina y se iba clavando en los cuerpos de los participantes. A ellos, además de los diez kilómetros de travesía, el cielo les puso un obstáculo más para complicarles la llegada a la meta situada en el mismo punto desde el que partió la marcha, la Gran Vía.
NO SE AGUÓ LA FIESTA Pese a la persistencia de las precipitaciones, la XXVI Herri Krosa fue una fiesta completa. Desde las 11.35 horas, el goteo de participantes que culminaban la marcha fue constante. Uno de los primeros en llegar a meta fue el baracaldés Julen Llamosas. "Pese a todo, las condiciones de carrera no han sido malas. Yo, al menos, he corrido como siempre, con las mismas prendas", aseguró este joven. El basauritarra Juan Luis Galarza fue uno de esos atletas que hizo la prueba protegido con un impermeable. "Ha estado bien la prueba, claro que hubiese estado mejor haber corrido en seco, pero la lluvia no nos va a frenar nunca", concluyó. Mientras tanto, el atleta 8.672 de la XXVI Herri Krosa seguía bañando las calles de Bilbao y fue un fiel e ingrato compañero de carrera de todos los participantes de la gran fiesta del atletismo bilbaino.