El 'déjà vu' de Joseph Ebuya
El atleta keniano repite el triunfo y la exhibición del año pasado, y Nazareth Weldu vence en féminas
zornotza. Como si de un perfecto calco se tratara, en la 58ª edición del Cross Internacional de Amorebieta se repitió la misma historia que el año pasado. El máximo favorito para llevarse la txapela, Joseph Ebuya, campeón del mundo en 2010, regresó a las Campas de Jauregibarria con el único objetivo de mantener su reinado, y lo hizo tal y como lo consiguió: dando un auténtico recital. Las precipitaciones de los días anteriores provocaron que el circuito luciera con más barro de lo habitual, pero el keniano pareció no inmutarse. Con un ritmo espectacular, a menos de tres minutos por kilómetro, fue dejando atrás a sus rivales, oponentes que vieron con fascinación como, mientras ellos sucumbían a los barrizales, Ebuya aumentaba su zancada como si en vez de lodo, se apoyara sobre una lisa alfombra.
Así, desde el pistoletazo de salida y durante los 10,7 kilómetros, los africanos se hicieron con el control de la carrera. Catorce atletas en cabeza que superaron, casi hasta la humillación, al resto de competidores. Y es que los demás corredores se convirtieron en meros espectadores del recital que Joseph Ebuya tenía preparado. Y eso que, hasta entonces, aunque el keniano había impuesto su doctrina a base de zancadas, sus compatriotas no le perdieron la senda. Pero en el kilómetro siete las fuerzas empezaron a flaquear y el cross comenzó a decantarse a favor del campeón del año pasado. Tan solo el eritreo Teklemariam Medhin, principal rival en la carrera, consiguió hacer sombra al imperial estado de forma de Ebuya. Sin embargo, finalmente terminó pagando caro sus esfuerzos por seguirle puesto que, a falta de dos vueltas, acabó desinflándose y siendo superado por varios integrantes de la expedición africana, cayendo hasta el quinto puesto.
Con el atleta keniano liderando la carrera, abriendo paso, imponente, sobre el barrizal de Zornotza, transcurrieron los metros hacia la línea de meta. La distancia con el resto de competidores cada vez fue más amplia y el considerado como uno de los mejores crosses del mundo pareció convertirse para Ebuya en un paseo a gran velocidad. Así, cuando más apacible parecía la victoria del keniano, fue cuando emergió la figura de Vincent Kiprop Chepkok, subcampeón del año pasado, que, con una velocidad más, fue restando metros a la hegemonía del número uno. Pero el líder de la carrera no quiso dejar nada a la imaginación, dar emoción a los últimos compases del cross no es algo que le agrade, así que volvió a engrasar la perfecta máquina que supone su cuerpo para no dar esperanzas a un entregado Chepkok. Y no solo eso, sino que su gran zancada le permitió alcanzar y eliminar a medio centenar de atletas que cayeron rendidos a su supremacía.
De esta forma, Ebuya repitió el éxito y la exhibición del año pasado. Y, consciente de ello, con un tiempo de 31.33 minutos, entró en meta sonriente, brazos en alto, reclamando entre bromas unos aplausos que no tardaron en llegar. Tras él, Chepkok se aseguró la plata mientras que el etíope Hunegnaw Mesfin, agazapado entre las sombras durante todo la carrera, completó el podio subiéndose al último escalón.
Weldu da la sorpresa La categoría femenina fue mucho más emocionante aunque ya desde el primer segundo se pudo atisbar que el triunfo se definiría con una lucha encarnizada entre la gran favorita, la keniana Priscah Jepleting Cherono y la eritrea Nazareth Weldu. Ambas salieron raudas, colocándose en las primeras posiciones para imponer su ritmo, pero no pudieron escaparse de un pequeño grupo de corredoras que cuidaron su sombra durante gran parte de los 6.700 metros de la prueba. Fue en la última vuelta cuando las dos aspirantes se quedaron en solitario en cabeza de carrera. Codo con codo, corriendo al unísono, plagiándose el ritmo, hasta el último repecho. Esa subida interminable donde muchos atletas sucumben y donde, en esta ocasión, Weldu fue mejor al hacer valer su físico envidiable. Así, la eritrea de 21 años se colocó la txapela mientras que Cherono cruzó la meta ocho escasos segundos después. Además, cabe destacar el gran papel de Lidia Rodríguez, del Ercoreca-Santutxu, que logró hacerse con el bronce por delante de toda la comitiva africana.