FUE terrible, inaceptable". Palabras del sentido protagonista, Andrew Bynum, el chico malo de la actualidad de la NBA, que siempre tiene para repartir anécdotas. Pero la actual ha traspasado fronteras por tratarse de un jugador de Los Angeles Lakers, el equipo ganador de los dos últimos anillos, y por sucederse durante uno de los mayores ridículos de la franquicia angelina, cuando acontecía el que sería el 4-0 definitivo y el adiós a los play-offs con un rotundo 122-86 ante los Dallas Mavericks. Ayer, el gesto del jugador de 23 años, que le supuso la expulsión, siguió de actualidad, porque supondrá la mayor pérdida económica para un jugador tratándose de una falta personal.

"Quiero pedir perdón por mis acciones. No me representan a mí, ni son consecuentes con mi educación, con la franquicia o con los aficionados que nos apoyan. Quiero pedir perdón a Barea por lo que hice y me alegro de que no se lesionara seriamente", confesó. Las disculpas y promesas de no reiteración de Bynum de poco le han servido, pues la NBA anunció ayer que será suspendido con cinco partidos -los primeros de la próxima temporada- por el flagrante e intencionado codazo propinado a Barea durante el cuarto partido de las semifinales de la Conferencia Oeste y multado con 25.000 dólares (unos 17.300 euros) por romper su camiseta después de ser expulsado y antes de abandonar la cancha. Cabe recordar que la acción se sucedió en el último cuarto y con el partido decidido para el bando texano.

De este modo, la entidad de los Lakers deducirá un porcentaje sobre la ficha que percibe Bynum y que va en función de los cinco partidos de sanción. Así, el pívot angelino dejará de embolsarse 677.272 dólares (unos 470.000 euros).

artest, la mayor sanción No son sanciones semejantes, por producirse estas sin la pelota en juego, pero Ron Artest sigue personificando la sanción más dura de la NBA, que fue de 74 partidos, cuando jugaba en los Indiana Pacers, por verse involucrado en una pelea con el público tras el final de una liza en 2004 contra los Detroit Pistons. Dejó de percibir unos 3,5 millones de euros. Mientras, a Latrell Sprewell, segundo en la lista, le cayeron 68 partidos (4,5 millones de euros) en 1997 por coger del cuello a su técnico, P. J. Carlesimo.