bilbao. De manera clara, pero sin aportar prueba alguna de la acusación, Guillermo Jiménez, actual presidente de la Federación Madrileña de Atletismo y expresidente de la Comisión Nacional Antidopaje, señaló ayer como "sospechoso" en la trama de dopaje en el atletismo español destapada el jueves por la Guardia Civil a Sabino Padilla, médico deportivo de Miguel Indurain (ganador de cinco Tours, dos Giros, un Mundial de crono y el oro olímpico en Atlanta 1996) y Martín Fiz (Campeón de Europa de maratón en 1994 y del Mundo en 1995) en los 90 y jefe de los servicios médicos del Athletic desde finales de 1995 hasta el verano de 2007, etapa en la que vivió el club rojiblanco como un terremoto sin precedentes el positivo por nandrolona de Carlos Gurpegi, en 2002.

Tras afirmar que en el mundo del deporte se conoce la identidad de los implicados, Jiménez expresó su deseo "de que expliquen si hay algún médico que todos conocemos, de los que están alrededor de esta trama, que está colaborando con la Federación. Yo sí doy nombre y apellido: Sabino Padilla". Al médico de Otxandio lo relacionó con la Federación Española de Atletismo "porque es algo que va diciendo en sus círculos". Actualmente, Padilla trabaja en el USP Araba Sport Clinic, centro especializado en medicina deportiva de Gasteiz situado dentro de la Ciudad Deportiva del Saski Baskonia.

Además de presidente de la Comisión Nacional Antidopaje, Guillermo Jiménez fue director general de Deportes, cargo del que fue destituido en 2004 por el entonces secretario de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez Angulo. El despido fue fulminante y provocado porque Jiménez dio credibilidad a las revelaciones del ciclista Jesús Manzano sobre las prácticas de dopaje en el ciclismo y trató de indagar para esclarecer el caso pese a la oposición al respecto de Gómez Angulo, que fue acusado por el exciclista del Kelme de negarse a conocer la verdad. Como presidente de la Comisión Nacional Antidopaje, Jiménez reveló ayer que algunos de los implicados en la operación Galgo cuyos nombres salieron a la luz pública el jueves reconocieron en su propio despacho haber recurrido al dopaje para mejorar su rendimiento, confesión que habrían negado, siempre según Jiménez, al día siguiente "tras ser aconsejados por su trama". "Hay una trama social que tiene muchos medios para convertir en mártires a quienes son verdaderos delincuentes, médicos y deportistas", dijo Jiménez desde el resquemor. "Yo he sufrido en mis carnes cómo me arruinaron mi carrera política".