LA contaminación del aire es uno de los problemas ambientales más importantes que tienen hoy en día las ciudades, y, de ahí, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera como una emergencia de salud pública, causando más de 300.000 muertes prematuras al año en la UE.

¿Qué ganamos con las zonas de bajas emisiones?

Ante esta situación, la Unión Europea ha optado claramente por la implementación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), que, en el caso del Estado español, han nacido a través de la aprobación en mayo de 2021 de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que establece esa figura con la que deben contar desde el pasado 1 de enero los municipios mayores de 50.000 habitantes y los de más de 20.000 que superen los límites indicados en la norma.

En la implementación de las Zonas de Bajas Emisiones en el Estado español está habiendo de todo, aunque no es el caso de los Ayuntamientos vascos afectados. Además del retraso en su aplicación, está el hecho de que los Ayuntamientos liderados por el PP y la ultraderecha Vox están poniendo todo tipo de obstáculos por negacionismo climático. O, también, nos podemos encontrar el caso de algunas ciudades que incluyen zonas ya peatonalizadas, por lo que no se produce ningún cambio real, solo un cambio de nombre.

Pero, en mi opinión, tampoco veo al Ministerio de Transición Ecológica apretando para que se cumplan los requisitos de las ZBE que establece la norma, ni a la ciudadanía en el grado suficiente de concienciación como para exigir a sus consistorios que les informen de cuáles son los objetivos y de cómo está la calidad del aire de su barrio o ciudad.

Un verdadero problema también es la falta de valentía que muestran muchos alcaldes y alcaldesas a la hora de tomar decisiones controvertidas pero necesarias. No es el caso, por citar alguno, el del alcalde de Londres, Sadiq Kahn, que es un buen ejemplo de valentía y de no aminalarse, a pesar de que, en su partido, el laborista, ha encontrado oposición a las medidas de ampliación de las ZBE, y donde ha habido manifestaciones en la calle en contra de las decisiones adoptadas. Pero el alcalde Khan, se ha mostrado inflexible. Desde el pasado 29 de agosto, unos 700.000 vehículos se ven afectados por la medida de ampliación que abarca a los 32 distritos del Gran Londres, en la que está considerada ya como la mayor zona de bajas emisiones del mundo.

Hace unos días se publicaba en este diario un interesante reportaje sobre los pros y los contras de las zonas de bajas emisiones en Bilbao. En él se decía que “cinco años tendrá Bilbao para adaptarse a la nueva Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que empezará a implantarse el próximo año en el centro de Bilbao, principalmente en los barrios de Indautxu y Abando, y la nueva ordenanza que regule todo ello, se implantará de forma progresiva a partir de que el primer trimestre del próximo año 2024 se apruebe de forma definitiva.

No será hasta 2030 cuando se implante de forma total la ZBE en estos barrios, y la ordenanza, según ha informado el Ayuntamiento, se implantará progresivamente hasta finales de 2029 para que la población pueda adaptarse a la misma y la regulación será aplicable los días laborables, de lunes a viernes, de 7.00 a 20.00 horas”.

En el caso de Donostia-San Sebastián, la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de esta ciudad se retrasará hasta finales de 2024, para lo cual se ha pedido una prórroga, y en relación con la capital alavesa, su Ayuntamiento en estos momentos trabaja en el diseño de la primera Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que abarcará el Casco Viejo y parte del Ensanche, y que se hará contando con la participación ciudadana.

Pero volviendo al reportaje publicado en este diario el pasado 5 de noviembre, distintas personas entrevistadas que representaban a talleres, comercios, pero también vecinas y vecinos de diferentes barrios, denotaban mucha preocupación e incertidumbre con la implantación de las zonas de bajas emisiones, lo cual, no es ninguna sorpresa. Aunque son casos diferentes, ello ha ocurrido también hace tiempo cuando se han peatonalizado diferentes calles, o los mismos cascos históricos de las ciudades vascas. Creo que en este caso y en otros, a la hora de la implementación de las zonas de bajas emisiones es fundamental el enfoque pedagógico que hay que hacer, y en él, le doy suma importancia al factor salud, al de calidad de vida, sin desdeñar otros, como al factor medioambiental, que supondrán las zonas de bajas emisiones. No en vano, y como decía al principio de este artículo, la Organización Mundial de la Salud considera que la contaminación del aire es una emergencia de salud pública, y ese argumento debe ser una de las prioridades al enfocar esta cuestión.

En el caso de Bilbao, el Ayuntamiento ha hecho previamente un trabajo importante, como es el estudio de caracterización del tráfico en la villa durante el último año para tener los datos precisos y reales, es decir, de donde se parte, con el estudio de los vehículos que circulan por las calles, para saber a donde se quiere llegar a la hora de implantar las ZBE. Según este estudio, “la mitad del tráfico que aguanta la ciudad contamina y, que son sobre los que habrá que actuar”. De ellos, “un 2,8% de los vehículos son grandes emisores y muy contaminantes, tanto que se ha detectado que representan el 22% de todos los gases que el tráfico arroja al aire”.

Por otra parte, el pasado 25 de octubre la junta de Gobierno municipal de Bilbao aprobó el proyecto de ordenanza que gestionará las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), tal como exige la UE, cuyo objetivo es reducir las emisiones derivadas del tráfico existente en la ciudad. En él, “se delimita a las zonas de Indautxu, Abando y Abandoibarra por ser los barrios que más tráfico de paso atraen. Los únicos vehículos que podrán acceder a dichas zonas serán aquellos con la categoría ambiental C, ECO o Cero Emisiones. Por su parte, los vehículos con categoría B (contaminantes) y la categoría A (gran contaminante) tendrán el acceso restringido, y la regulación será aplicable los días laborables, de lunes a viernes, de 7.00 a 20.00 horas. La excepción a dicho acceso serían los vehículos de personas residentes que estén empadronadas en el ámbito territorial de la ZBE y que estén dados de alta en el padrón del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica del Ayuntamiento de Bilbao con anterioridad a la entrada en vigor de esta ordenanza”.

A falta de mayores detalles, con ser muy positiva la medida adoptada por el Ayuntamiento sobre las ZBE, me parece que llevar su plena ampliación hasta 2029 es muy largo, y, por tanto, se debería acortar este tiempo, además de que las ventajas derivadas de la progresiva implantación de las ZBE, como mayor calidad de vida, más economía local, menor ruido y contaminación, deberían de trasladarse también de forma progresiva al conjunto de la ciudad, y no reducirse solo a algunas zonas.

Experto en temas ambientales y Premio Nacional De Medio Ambiente