Preparando unas charlas informativas sobre la nueva PAC 2023-2027, no se por qué, me han venido a la mente unas palabras de Eduardo Bahamonde, entonces director general de Cooperativas Agro-alimentarias de España y actualmente presidente de Cajamar, que en unas Jornadas organizadas por la organización agraria ENBA en Donostia, dijo aquello de “cada vez que acudo al Ministerio y mi interlocutor me dice que proviene de una familia de agricultores, automáticamente, me agarro la cartera”.

Algo similar les ocurre a los productores, de toda Europa diría yo, cuando escuchan al Comisario europeo agrícola de turno decir aquello de “uno de los grandes objetivos de esta reforma es la simplificación de la PAC”, lo cual provoca, además de un descojono generalizado, unos temblores, escozores y pálpitos descontrolados en el cuerpo de los productores, puesto que son conscientes de que cuando un comisario europeo habla de simplificación, se refiere a simplificar para los políticos y complicarla, hasta límites insospechados, para los administrados, en este caso, para la gente del campo.

Pues bien, como les decía, ando preparando unas charlas informativas sobre la nueva PAC y para ello no hay más remedio que leerse las más de mil páginas de la ley y de los reales decretos que el Ministerio de Agricultura, capitaneado por mi amigo D. Luis, ha tenido la amabilidad de publicar en el BOE del 29 de diciembre, justo, 3 días antes de su entrada en vigor. Leyendo y releyendo dichas normativas, les anticipo que mi capacidad de ser sorprendido ha sido ampliamente superada y el cabreo, ante la capacidad de complicar la vida de los administrados, es de tal calibre que, viendo el gas metano que estoy generando, no me extrañaría que tuviese que actuar mi amiga Teresa, a la sazón, ministra de Transición Ecológica, además de gran aliada del lobo.

Imagínense hasta dónde son capaces de retorcer el lenguaje politiqués los redactores de dicho paquete normativo, que se llega a afirmar, literalmente, que con su publicación, se pretende “limitar la regulación al mínimo imprescindible para reducir la intensidad normativa”. ¿Cómo se les ha quedado el cuerpo? Divino de la muerte. Ahora, al parecer, la impenetrable e incomprensible maraña normativa con la que se pretende meter en cintura a los productores, según sus impulsores, resulta ser un magnífico ejemplo de reducir la intensidad normativa.

Imagino cómo se les quedará el cuerpo a los productores cuando lean o escuchen las líneas generales de esta nueva PAC y aún peor, cuando conozcan la letra pequeña de los reales decretos que, al final, son el asidero que tienen los técnicos de la administración correspondiente para denegarte una ayuda, volverte loco con las inspecciones y agotarte, física y mentalmente, con tanto requisito y papelito de marras. 

Usted, señor o señora productora, deberá dirigirse a la administración correspondiente exclusivamente por medios electrónicos, por lo tanto, vaya gestionando su firma digital o BAkQ y familiarizándose con las herramientas digitales, siempre eso sí, que detallitos como la cobertura y la red lo permitan, claro. 

Por vía electrónica usted deberá rellenar el cuaderno digital, adiós papel, donde deberá anotar todo aquello que vaya haciendo en su explotación, por que de lo contrario, será pasto de las penalizaciones y sanciones en sus pagos europeos. Que usted saca las vacas a pastar al prado, anote los crotales y la identificación de la parcela correspondiente. Que usted mueve las ovejas de una parcela a otra, anótelo, identificando de qué parcela a cuál ha llevado, o se han ido, las ovejas. Que usted hace un tratamiento en la huerta, frutales o viñedo, anótelo, indicando parcelas, cantidades, producto utilizado, etc. Que usted decide abonar sus praderas con el purin de su explotación, primero haga un análisis de las tierras, luego con un asesor de fertilizantes elabore un plan de abonado y finalmente, tras arrancar el motor del tractor con su cisterna, anote, las parcelas en las que va a aplicarlo, qué cantidades, etc. En fin, una locura.

En definitiva, señor y señora productora, aunque usted no se lo crea, el objetivo de toda esta normativa, de baja intensidad por supuesto, es simplificarle y facilitarle su trabajo y, por extensión, su vida. Por todo ello, cuando oigan aquello de simplificar, les recomiendo que anoten su nombre para añadirlo a la lista negra.