U N gran número de ciudades en el mundo árabe (de El Cairo a Doha, Yeda, Riad, Kuwait City, Abu Dhabi, Teherán, y otras) compiten para imitar a Dubai en su esfuerzo sin precedentes por edificar los monumentos arquitectónicos urbanos más altos y más grandes jamás construidos. Este fenómeno, el proceso de espectacularización de una ciudad con numerosos iconos arquitectónicos masivos, futuristas y pioneros, completamente desconectados de la historia urbana y del contexto socio-cultural en el que se construyen, se ha llamado “dubaización”.

La dubaización es cualitativamente similar al “efecto Bilbao”, y forma parte del “proyecto icono”, que Leslie Sklair interpreta como un intento de las élites globales por mantener su hegemonía neoliberal mediante la arquitectura urbana espectacular (ver su libro The Icon Project). La dubaización se ha extendido a otras ciudades, incluso fuera del área del Golfo, como Estambul y Vancouver. Y genera preguntas cruciales: ¿Cuáles son las consecuencias de esta estrategia de urbanización para el futuro de las ciudades árabes? ¿Qué tipo de vida social surgirá de este modelo de desarrollo? ¿Es solamente un proceso impulsado por las élites con el fin de promover la construcción, reconstrucción y deconstrucción de identidades y la transformación territorial de las ciudades árabes? ¿Hay algún futuro para la sostenibilidad en las estrategias de desarrollo de las ciudades árabes y del Medio Oriente?

Dubai, como modelo de desarrollo urbano, se basa principalmente en imágenes e iconos en lugar de conceptos y procesos sostenibles. Como resultado, surgen interrogantes importantes, como la incapacidad de adoptar una visión integral en torno a la necesaria sostenibilidad, la interpretación limitada de los posibles beneficios de la globalización para la mayoría de la población y la degradación de la vida socio-cultural propia de las ciudades.

Además de Dubai, el impulso de dubaización se observa en otras ciudades de Emiratos Árabes Unidos (EAU). Un ejemplo muy significativo es Masdar City. Masdar City es una ciudad ecológica planificada a las afueras de Abu Dhabi, totalmente diseñada en torno a tecnologías limpias y energías renovables. La construcción de Masdar City comenzó en 2006. Se pensó y diseñó como uno de los intentos más destacados del gobierno de los Emiratos Árabes Unidos por diversificar su economía en previsión del agotamiento futuro de las reservas de petróleo. Mubadala, una compañía gubernamental de Abu Dhabi dedicada a invertir en proyectos estratégicos de envergadura, financió el experimento de Masdar City con 22.000 millones de dólares.

Gokçe Günel, antropóloga de la Universidad de Arizona, ha estudiado los orígenes y la realización de Masdar, las políticas de gestión medioambiental en la nueva ciudad, así como las percepciones de los profesionales altamente cualificados que la diseñaron y la pusieron a funcionar. Su libro, publicado en 2019 y muy recomendable, lleva por título Spaceship in the Desert. Climate Change and Urban Design in Abu Dhabi.

La autora propone la metáfora de la nave espacial (spaceship) para denominar a la nueva ciudad, con el fin de transmitir la intención de una separación clara entre el interior y el exterior, entre Masdar y el desierto. Esta separación radical es el núcleo de la idea de espacio en la historia de la arquitectura y también es prominente en la configuración, con vocación excluyente, de los megaproyectos urbanos contemporáneos.

El libro está guiado por un interés acerca de las percepciones sobre el cambio climático por parte de los principales protagonistas del proyecto. Se trata, por tanto, no solo de una rica descripción etnográfica de Masdar en todas sus complejidades, sino también de una reflexión más amplia sobre cómo se enmarcan los riesgos globales (en particular el cambio climático) de acuerdo con las creencias y las decisiones de varios grupos de intereses.

Una parte importante de la ciudad es el Instituto de Ciencia y Tecnología de Masdar, que en 2017 se fusionó con otras dos universidades de Abu Dhabi para convertirse en la Universidad Khalifa. El Instituto Masdar ya no existe de forma independiente y sus instalaciones de investigación son ahora parte de Khalifa. El Instituto abrió en 2011 y tenía grandes planes. Su objetivo principal era producir conocimiento para transformar los EAU en un país de tecnologías limpias y energías renovables. Incluso planearon una nueva moneda energética, llamada Ergos.

Numerosas paradojas surgieron durante el desarrollo del proyecto de moneda energética. La moneda funcionaría emitiendo “un saldo de créditos de energía como un medio para definir y regular un presupuesto de energía asignado”, algo que suena peligrosamente similar al sistema de “crédito social” implementado en China. De hecho, aunque el propósito de Ergos era reducir el consumo de energía en Masdar, algunos diseñadores del proyecto reconocieron que podría convertirse en una herramienta que impulsaría una “dictadura tecnocrática”.

Otro proyecto destacado dentro de Masdar es el sistema de tránsito rápido personal eléctrico sin conductor (PRTS, personal rapid transit system). Estaba destinado a cubrir toda la ciudad, pero muy pronto estos planes fueron abandonados. El PRTS comenzó a funcionar para llevar a las personas al parking. Muchos se preguntaron por qué no recorrer tan corta distancia en bicicleta o a pie. Günel muestra algunas de las miserias del tecno-futurismo, donde las expectativas y la realización están a menudo claramente desconectadas.

Los líderes de Masdar dedicaron muchos esfuerzos a la formulación de políticas sobre el almacenamiento de captura de carbono (CCS), una controvertida tecnología de mitigación del cambio climático que inyecta desechos de dióxido de carbono en el suelo. Incluso realizaron una propuesta para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Masdar puede verse con una lente multidimensional, como una nueva ciudad y como una comunidad cerrada; como una tecnópolis similar a Tsukuba Science City en Japón, o la Universidad de Ciencia y Tecnología King Abdullah (KAUST) en Arabia Saudita. Se puede ver también como zona económica especial (SEZ) para el desarrollo de energías renovables y tecnologías limpias. Funciona como un distrito de innovación donde el distrito es toda la ciudad, porque el componente de innovación está en el centro de su concepción, tanto en diseño (planificado y ejecutado por Foster and Partners) como en contenido.

Al igual que el más reciente proyecto de ciudad ecológica en Dubai, The Sustainable City, Masdar puede verse como un megaproyecto de prestigio destinado a promover una marca, un caso paradigmático que aplica los principios del urbanismo neoliberal al que tan acostumbrados estamos.

Podría decirse que es un proyecto fallido ya que se había convertido en una ciudad ecológica fantasma en 2016 y muchos de sus componentes diseñados inicialmente no se han materializado todavía. Masdar representa un enfoque profundamente erróneo del desarrollo urbano.

El urbanismo de la dubaización está estrechamente vinculado a la agenda de reformas de Emiratos Árabes Unidos. En cierto modo trata de reconciliar tradición árabe y modernidad occidental. La evolución de las ciudades emiratíes (y en general del Golfo) dirá si este nuevo urbanismo es solo una narración utilizada para transmitir una imagen de modernidad destinada a ganar prestigio internacional y poder blando o una transformación más profunda y real. Me inclino a pensar que se trata de lo primero fundamentalmente.

Vale la pena recordar (no solo a políticos y promotores, sino también a muchos arquitectos) que las ciudades son en realidad lugares donde viven personas: pueden ser lugares de inclusión y exclusión, pueden convertirse en lugares de autocontrol, realización y éxito, así como en epicentros de descontento y desorden.

Rediseñarlas de acuerdo con las verdaderas necesidades de las personas debería ser imperativo. Tal y como Italo Calvino escribe en su libro Ciudades invisibles: “No te deleitas en las siete o setenta maravillas de una ciudad, sino en la respuesta que da a una pregunta tuya”.

* U.S. Fulbright Award Recipient, New York City