El hombre más rico de la historia, confidente de ese bufón llamado Donald Trump, y dueño de la red social global más importante, Elon Musk, lanzó una encuesta el pasado lunes. “América debe liberar a la gente de Gran Bretaña de su gobierno tiránico”, escribió en X. “Sí o No”. El 58% de las casi dos millones de personas que respondieron votaron que sí. En los últimos días, Musk ha escrito numerosos ataques contra el primer ministro británico, Keir Starmer, y su gobierno sobre bandas de pedofilia y supuesta explotación sexual infantil. Es la última víctima europea de este caprichoso millonario que ya usa su tremendo poder para catapultar a la ultraderecha alemana sin ningún tipo de sonrojo. Hasta el siempre comedido presidente francés, Emmanuel Macron, se siente incrédulo ante cómo Musk apoya a los movimientos reaccionarios e interviene directamente en las elecciones de un país. En realidad, este hace lo que siempre ha hecho Donald Trump, solo que a un nivel global y mucho más efectivo: asustar, confundir e imponer una agenda mediática que distraiga de otras cuestiones. Musk quiere cambiar los gobiernos en Europa para tener trabajadores baratos, más rebajas fiscales y menos regulación. Por cierto, Musk tiene ya un último capricho: comprar el Liverpool. Si lo consigue, en Anfield ya podrán ir cambiando su mítico You will never walk alone por el Your will walk alone.