Minuto a minuto sigue creciendo de forma abrumadora el número de muertes confirmadas causadas por la dana en Valencia. Todavía se desconoce la magnitud de la tragedia, incluso aseguran que se podría estar hablando de entre 350 y 400 personas fallecidas. Creo que a todos nos está ocurriendo que de la tristeza y la consternación estamos pasando a la indignación y a la vergüenza. ¿Pero de verdad esto está pasando en Valencia? Miles de personas vuelven a despertarse todavía sin luz, sin agua, sin comida, sin gas, sin cobertura, sin internet, sin baño. Parece sacado de una película de terror. Y mientras tanto, todo el mundo echando balones fuera, acusando a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) de no haber avisado del episodio que se le vino encima a la comunidad valenciana. Desde Aemet se les ha recordado que emitieron un aviso rojo (extremo) para Valencia, el máximo nivel que se puede emitir, con lo que tenían que haber puesto inmediatamente en marcha el protocolo de posible peligro para la población. No nos vale que nos digan que ahora es el momento de preocuparse de las víctimas y no de buscar responsabilidades. Una cosa no quita la otra. Pero mucho me temo, que, al final, acabarán culpando al calentamiento climático –que también– y a algún técnico que pasaba por ahí y el resto se irá de rositas.

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