Síguenos en redes sociales:

Mesa de Redacción

Alberto G. Alonso

Redactor

Un verano de cuidado

LA época estival que vivimos es como el día de la marmota. Casi todo se repite inexorablemente. Parece que somos demasiados tercos a la hora de ir a los mismos sitios a idénticas horas y atascarnos en una A-8 angosta en la ida y la vuelta de los fines de semana con Cantabria como invitada obligada. La ralentización de cualquier tipo de actividad, mayoritariamente en agosto, desquicia a los que trabajan al mismo ritmo que el resto del año. Son escenarios ya asumidos que se sobrellevan lo mejor posible, igual que las altas temperaturas como las del domingo pasado, que fueron para tanto, duraron solo un día y ha sido el primer episodio realmente tórrido en Bizkaia del verano. Más me preocupa la condescendencia con la que admitimos los sucesos y accidentes que ocurren en demasiadas ocasiones en esta época estival. El chaval de Igorre ahogado el sábado en un río de Ourense es buen ejemplo de ello. También, los siniestros de tráfico mortales, ocurran en una carretera vasca secundaria o en una pista de tierra del Ngorongoro, en Tanzania, como protagonizó desgraciadamente la familia de Getxo. O el asesinato de la joven de Erandio en una idílica isla del Caribe en Panamá mientras disfrutaba de sus vacaciones. Estos meses son época de más viajes, más desaprensivos, más situaciones de riesgo, más inconsciencia y no digo nada de las fiestas donde se desatan demasiadas malas intenciones. Hay más de todo. Tendríamos que tener también más cuidado y prevención.