HOY me he dado cuenta de que el sentimiento rojiblanco ha conseguido arrinconar las noticias malas léase guerra de Ucrania, Gaza, abusos, maltrato, estafas, muertes y nuevos tipos de cánceres... dando prioridad a recuerdos nostálgicos, euforia colectiva, disfrute... La victoria del Athletic, más allá del hito deportivo, ha logrado desplazar el resto de lo que ocurre en el mundo al menos durante unos días. No se habla de nada que no tenga que ver con lo que ha ocurrido en Sevilla y en Bilbao. Y no aquí, sino en el resto del Estado. Todo es paz y amor, porque ha ganado, que si no... Me decía uno de esos aficionados que a la vuelta de Sevilla estuvo en caravana al menos 4 horas, pero ni mú. Casi hasta le faltó tiempo para seguir comentando jugadas y anécdotas de lo ocurrido. En las redes todos los vídeos, reels, etc. tienen que ver con el sentimiento rojiblanco y hasta los medios de comunicación han cedido la mayor parte de sus páginas para reforzar la sección de deportes. Vivimos en una nube que es la envidia (sana) de muchas ciudades y pueblos. Ahora toca dar ejemplo y demostrar que el sentimiento Athletic es capaz de aguantar el tirón. Me refiero a la segunda prueba de esta celebración, la gabarra. Ha estado 40 años custodiada y probablemente habrá perdido noción de lo que puede suponer surcar una ría limpia con sus márgenes rehabilitadas que acogerán a cientos de miles de visitantes. Se impone la cordura para que todo vaya viento en popa.