DEL destierro en el desierto, al fin del mundo. Del cordero shawarma del At.mosphere en el Burj Khalifa, Abu Dhabi, al marisquito del Marlima en Sanxenxo. El emérito no para de sufrir y el pueblo lo sabe. El personaje ha perdido el brillo que en su día pudo tener para algunos y ya es la parodia del vividor que siempre fue para otros. Con la guinda en este caso de la patraña de un supuesto entrenamiento para una regata de vela, cuando se ve que el hombre aporta más lastre que el célebre cateto a babor. Lo único que tiene visos de ser real en esta historia es el nombre del barco. En los libros de texto no se contará el motivo del exilio, pero la hemeroteca no olvida. Y, o mucho me equivoco, será una guía en el futuro para decidir qué hacer con la royal family, que trabaja intensamente en las sucesivas sucesiones. Un día de estos nos presentan al novio de la princesa, con varios títulos nobiliarios o afamados posgrados internacionales bajo el brazo. O ambas cosas. Y quién sabe, si hace falta convencer a la izquierda republicana, también se le puede buscar una novia, que igual por ese frente se ablanda la resistencia. Para los que han nacido en este siglo, la dictadura es pura historia. Pero para sus aitas es algo más cercano. Y, de alguna forma, ciertos mensajes de la derecha hacen pensar que la puerta sigue abierta. También lo hace esta monarquía que en el futuro habrá que analizar con la emeritoteca en la mano.