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Mesa de Redacción

Jose Uriarte

El ska de la banca

Dejó recomendado François-Marie Arouet, conocido como Voltaire, quien además de francmasón e ilustrado fue un crápula mujeriego y se gastó la fortuna burguesa heredada de su padre, que si alguna vez alguien veía saltar por la ventana a un banquero suizo, saltara detrás puesto que seguro que en ello habría alguna ganancia. Dos siglos y medio después, los banqueros ya no saltan por la ventana. Ni en Suiza, ni en Estados Unidos, ni en ese Estado llamado España. De hecho, cuando ha habido banqueros que han tenido no la tentación pero sí sobrados motivos para hacerlo, el gobierno de turno les ha mantenido lejos del peligroso alféizar por el que podían precipitarse sujetándoles con una buena cantidad de miles de millones primero y la absorción por otro banco más grande después. No, no es este banco el que pone la parte capital del dinero, sino los contribuyentes españoles (o no), helvéticos o estadounidenses. Rescate lo llaman, quizá porque es lo mismo un sinónimo de salvamento que el pago para poner fin a un secuestro. En todo caso, ellos son los únicos a quienes les convierten en responsabilidad pública una mala gestión privada. Seguramente, Triku, el de Korroskada, cantaría hoy de otro modo aquel ska de los años 80: “Estoy harto. Lo que yo quiero es ser: ¡Banquero! Yo quiero ser banquero, banquero, yo quiero ser. Banquero, mucho dinero. Para gastarlo como yo quiero. Yo quiero ser banqueroo...”.