LA cantante catalana Rosalía, que actúa hoy en el BEC, no deja indiferente a nadie. O se la odia o acabas rendida a sus pies. Y visto sus multitudinarios conciertos y los millones de fans que la siguen, está claro que Rosalía triunfa y a la gente le gusta. Yo tengo que reconocer que también me encuentro en este grupo; en una industria musical, con letras de canciones como la que España presentó en Eurovisión con su chanelazo, las canciones de Rosalía son un auténtico respiro. Sus letras no son vacías, revelan historias relacionadas con la violencia de género, el desamor, la familia, la discriminación sexual o la lucha por hacer realidad sus sueños. Por ejemplo, su álbum Mal querer lo escribió a partir de una novela de autor anónimo que cuenta la historia de una mujer que se casa con un hombre y por celos la acaba aprisionando. El disco habla del “amor oscuro”, ese querer tóxico que termina por destrozar la autoestima, que hace perder vida, según ha descrito la propia cantante. Con su último disco Motomami estoy un poco más perdida. Saoko, Hentai, Chicken Teriyaki, Abcdefg o Motomami son algunas de las 16 canciones que lo componen. Además, en sus letras se cuelan palabrejas como ‘chucky’ o la ya citada ‘motomami’, que se unen a la jerga made in Rosalía. Habrá que preguntarle cuál es el significado. Seguro que nos sorprende.

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