ERDONEN la ingratitud: no quiero más felicitaciones electrónicas. ¿De verdad alguien piensa, ni remotamente, que vamos a estar abriendo todos los christmas con los Zorionak eta Urte Berri On que saturan estos días el mail? Vale, no corren buenos tiempos para la lírica ni para Correos. Mucho menos para escribir con un boli Bic o algo que se le parezca. Pero, por favor, no envíen más postales on line de pega. Ni tarjetas virtuales. Ni animaciones digitales. Ni e-cards o cómo se diga. Ni lo que quiera que sea eso con que todas las agencias de comunicación, algunas empresas y más de un enterado se empeñan en bombardearnos. Es un método fácil, sí. Es sencillo, también. Pero no es cómodo ni práctico y, sobre todo, solo consiguen que el destinatario, en este caso servidora, eche un par de juramentos, se las cargue sin miramientos y, lo que es peor, ponga en la lista negra al remitente. Y no por impersonales ¡ojo! que eso me da exactamente lo mismo. Ni soy ñoña, ni una nostálgica del puño y letra y, por supuesto, tampoco aspiro a mensajes personales y únicos. Solo pretendo que no me den la tabarra y paso de sumarme a rituales navideños de txitxinabo. Me dirán que también me llegan por whatsapp cientos de mensajes y no me engorilo. Pero claro, mi número de móvil no lo tiene todo pichichimaría y el correo tengo la mala costumbre de ponerlo aquí, cada sábado, a pie de página. Zorionak!

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