HACE 230 años que los revolucionarios franceses guillotinaron el antiguo régimen, el ancien régime absoluto de Luis XVI, y todavía hay clases. Vaya si las hay. Hasta de Liberté, egalité et fraternité. En China, República Popular, ni saben aún qué es todo eso. Más de 60 millones de personas permanecen en cuarentena porque lo ha dicho Jinping -dos semanas tarde, eso sí- pero mientras se obvia que la gripe mata a medio millón de personas al año el mundo aplaude el absolutismo chino porque es frente a un virus que Pekin casi pretende un "bichito que si se cae de la mesa se mata", como dijo en 1981 un ministro llamado Jesús Sancho Rof. Aquel bichito no era tal, sino un envenenamiento masivo por aceite de colza desnaturalizado que afectó a más de 20.000 personas y mató a 1.100 en 16 provincias del Estado, en proporción mucho más que los 1.770 muertos y 70.548 casos del bichito de Wuhan, coronado como Luis de Francia (y Navarra)... hasta que en 1793 rodó su testa. Y entretanto aquí se piden cabezas tras advertirse, casi de inmediato, de la emisión en Zaldibar, por procesos de combustión en el vertedero derrumbado, de PCDD y PCDF, o sea, (policlorodibenzo)dioxinas y (policlorodibenzo) furanos, pero nadie recuerda que la Agencia Europea de Medio Ambiente cifra en más de 24.000 las muertes en el Estado por contaminantes derivados de la combustión del carbón, el petróleo y el gas que usamos todos. ¿Que mezclo furanos y menganos? Quizás.

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