AL final vas a mandar el mismo mensaje casposo del año pasado... ¡y lo sabes! Porque no, no es lo mismo felicitar las fiestas personalmente que hacerlo por whatsapp. Todas las navidades se genera un tsunami de saludos en conversaciones grupales que mantienen los chats repiqueteando constantemente con cientos de felicitaciones repetidas. Así que este año estoy decidida a convertirme en el Grinch de estas comunicaciones. Porque no hay nada más cutre que felicitar con un mensaje viral e impersonal. Con esos memes universales que se reenvian a todos los contactos; cumples, sí, pero con la ley del mínimo esfuerzo. Los peores son esos mensajes que parecen personalizados pero solo han cambiado el nombre del destinatario tras copiar y pegar. O esos otros que son sms de 2008 y que han reactualizado para que parezcan rabiosamente de moda. Porque el envío masivo es el pan nuestro de cada día. En un grupo nunca falta la amiga que manda una cadena para salvar una vida, el que tiene un meme para cada tema, al que se la pela cualquier regla de ortografía y el que pone siempre ja, ja, ja.... O peor, el que no se lee los ochenta mensajes anteriores y dice: ¿resumen? Pero lo más grave de todo es ese momento en el que creías que todo estaba aparentemente tranquilo, abres el móvil y te encuentras 100 whatsapps sin leer. Bueno, de momento yo he empezado a wasapear con el Olentzero. Pero él ha cogido y me ha bloqueado. ¡¡¡!!!

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