vAYA por delante que me permito estas líneas porque están ilesas, sanas y enteras; pero el rescate de las tres espeleólogas en la cueva de Coventosa ha traído cola. “¡Ha sido una gran aventura!”, comienza el whatsapp enviado por una de la aprendices de teniente O’Neil que uno de sus amigos ha publicado íntegro en Facebook. De ser cierto, no se puede ser más frívola. Además, señora, que te tengan que rescatar por no saber salir de donde te has metido no es una aventura, es un fracaso. Las aventuras maravillosas tampoco salen gratis ni corren a cuenta del erario público. Así que si tuvieron que ser rescatadas por una negligencia, descuido o falta de planificacion, que paguen los gastos ocasionados. Al parecer, estas maripuris superpreparadas y expertas en atacar cuevas se perdieron, anduvieron arriba y abajo hasta que se agotaron y solo pudieron dejar miguitas de pan esperando a que el 112 activase el rescate. Oiga, ¡qué gran aventura jugando a ser Lara Croft!; pena que no pudieron sacarse un selfie. Solo falta que les den el premio del año a la mujer emprendedora. Según el whatsapp de marras, parece que tampoco les ha gustado cómo se ha tratado mediáticamente el caso. “¿Era necesario este espectáculo de mierda?”, llegan a decir. Si de verdad les ha preocupado -como todo parece apuntar- no poder hacerse una foto a la salida de la cueva, que se queden tranquilas, que han salido bien retratadas.

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