ES un vídeo de la competencia, pero reconozco que me lo estoy viendo en bucle. Se trata del clásico “Equis preguntas a los candidatos”. El protagonista de jornada es el postulante de EH Bildu a la Lehendakaritza y la cuestión que le lanzan no tiene que ver sobre física cuántica, inteligencia artificial o esas cosas de las que se gusta de pontificar Pello Otxandiano Campo. Qué va. Es algo tan pedestre cómo lo siguiente: “¿Quitaría la deducción por compra de vivienda para fomentar el alquiler?”, le plantean al aspirante que solo empezó a llevar gafas tras su designación. Su respuesta es de conga de Jalisco en Sabin Etxea: “Yo creo que sí”, dice después de medio titubeo, y lo completa haciendo un inesperado canto al autonomismo en el que ni el PNV más pacato cayó nunca: “Somos la única comunidad del Estado que mantiene esa deducción”. Para eso ha quedado el soberanismo irredento, para poner como punto de comparación la media de lo que se hace en las regiones españolas. ¿Café para todos? Ni eso. Achicoria aguada. Con todo, se agradece la sinceridad. Las personas hipotecadas o con cuenta de ahorro vivienda que el próximo 21 de abril vayan a echar la papeleta ya saben lo que hay. Si optan por el designado por el largo y firme dedo arnaldiano y resulta que el tipo acaba siendo lehendakari, son conocedores de que en las próximas declaraciones de la renta les aguarda un palo de escándalo. Sarna con gusto no pica, se suele decir. Rebajando el sarcasmo de este texto, que tampoco es tanto, déjenme volver a una de mis milongas recurrentes. La inmensa mayoría de las propuestas en materia de vivienda de la pretendida izquierda local o confederal son un ramillete de simplezas demagógicas que no se compadecen con la realidad. Cómo explicar a los rojísimos propietarios de una, dos o hasta tres viviendas que el común de los mortales quiere, como ellos, una escritura y no un puñetero contrato de alquiler.