Lo que mal empieza mal acaba. Y en el caso que nos ocupa, que ya imaginarán que es la ruptura de Podemos con Sumar, lo único que cabe decir sobre ese principio casi universal es que estábamos seguros de que el reventón se produciría… pero no tan pronto. De hecho, el pasado fin de semana, fuentes que se presentan siempre como cercanísimas a los morados descartaban un divorcio inminente. Se alegaba que primero habría que dar un tiempo de cortesía. O, visto de otro modo, un periodo para ir coleccionando agravios que justificasen el portazo.
Pues es evidente que la paciencia se ha colmado a la mínima. Aunque no fue ese el chispazo definitivo, la última enganchada fue ayer, cuando los responsables de Sumar en el Congreso impidieron que alguno de los diputados de Podemos tuviera voz en el pleno sobre las matanzas de Israel en Gaza y los atentados de Hamás en territorio hebreo.
Ya no habrá más situaciones como esa. Fue justo en el transcurso del pleno cuando Diario Red, no por casualidad una de las cabeceras digitales que dirige Pablo Iglesias, adelantó la noticia: esos cinco diputados desairados se irán al Grupo Mixto. El siguiente paso de la coreografía fue la comparecencia, en el mismo Congreso, del parlamentario Javier Sánchez Serna para confirmar su marcha y justificarla ante la “imposibilidad de hacer política” y de “garantizar transformaciones valientes” bajo la disciplina de Sumar.
Por si no estaba todo servido para una legislatura llena de bronca y vértigo en las cortes españolas, en lo sucesivo se une un nuevo motivo de preocupación para Pedro Sánchez. Y no uno cualquiera. Esos cinco escaños ahora volando por libre avanzan la más que posible derrota del Gobierno en la votación de varias leyes importantes, empezando por los presupuestos, que serán la primera piedra de toque de los liderados por Ione Belarra. - Javier Vizcaíno