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En confianza

Javier Vizcaíno

Sánchez sigue sin tener los votos necesarios

MINUTO de juego y resultado de la investidura de Pedro Sánchez: como se engolfaría en subrayar el fracasado Alberto Núñez Feijóo, lo cierto es que tras la primera tanda de reuniones, no tiene asegurados más votos a favor que los de su propio partido… más los seis incondicionales de EH Bildu, que podrían darnos para muchas risas y alguna que otra reflexión sesuda que aplazo para mejor momento. Por aquello del hacerse querer, hasta su socio natural, Sumar, salió del encuentro sin confirmar su apoyo del todo. Puro postureo, de acuerdo, pero nadie olvide que la coalición yolandista esconde en su seno un caballo de Troya morado. Y hasta ayer mismo, las huestes de Ione Belarra, además de tocar la moral haciéndole la ola a Hamás, seguían reclamando la continuidad de Irene Montero en el ministerio de Igualdad como condición para otorgar al candidato sus cinco pírricos pero imprescindibles votos. A ver si al final la lían.

En cuanto al PNV, ya dejé escrito que lo que me pareció más reseñable de la comparecencia de Aitor Esteban (aparte de la colleja por metete a Yolanda Díaz) fue que aclarase que el sí jeltzale no estaba dado, pese a que el diario amigo de Moncloa hubiera dado por hecho lo contrario. No tengo dudas de que, puesto que a la fuerza ahorcan, al final Sabin Etxea se decantará por no obstaculizar la investidura del mal menor. Otra cosa es que eleve mis preces al cielo para que esta vez haya puñetazo en la mesa y se obligue al sablista a firmar ante notario sus compromisos. La otra pata, la supuestamente fundamental, es la del soberanismo catalán. A ERC, pobrecitos, les ha quedado el papel de secundarios, aunque ayer Sánchez les regaló un rato por teléfono con Junqueras amén del protocolario vis a vis con Rufián. Las palabras de ambos republicanos quedan en trámite al lado de las que pronuncie mañana el enviado de Puigdemont a las Cortes. Veremos.