ESTA columna ya está publicada en todos los diarios del Grupo Noticias. Fue hace un año y no la escribí yo, aunque suscribía desde el punto hasta la cruz. La firmaba, con su particular tino, Xabi Larrañaga. Hablaba, a ver si les suena, de lo que ocurrió en la jornada final de la Bandera de la Concha. Al igual que ocurrió el pasado domingo, la victoria inapelable fue para Urdaibai. En medio de la alegría por el triunfo, el remero de la Bou Bizkaia Iñaki Goikoetxea mandó “un fuerte abrazo” al miembro de ETA Iurgi Garitagoitia, encarcelado, entre otras causas, por el asesinato del empresario Inaxio Uria, el intento de acabar con la vida de 25 ertzainas en Hernani o los disparos que hirieron a un gendarme. Además de añadir otras fechorías acreditadas por el individuo, Xabi Larrañaga no pasaba por alto el detalle de que las emotivas palabras de Goikoetxea habían merecido la felicitación de Arnaldo Otegi.

Miren ustedes por dónde que, doce meses después, la escena volvió a repetirse casi al dedillo. Victoria de Urdaibai, efusivo recuerdo del remero para el asesino ante los micrófonos de ETB y, cómo no, felicitación calurosa de Arnaldo Otegi. Sí, el que vimos en Aiete aventando unas palabras que jamás se convierten en hechos. La novedad es que esta vez el coordinador de EH Bildu utilizaba la expresión “presos políticos” para referirse al tal Garitagoitia y a los miembros de la banda que siguen en prisión. Ha dicho Iñigo Urkullu que a algunos les queda un largo camino por hacer. Me temo, lehendakari, que todos estos a los que se refiere lo que están haciendo es el camino de vuelta. Avanzan retrocediendo.