Emilio Olabarria: “La que está politizada es la jerarquía del poder judicial: el TC y el CGPJ”
Llegó al Congreso de los Diputados con 26 años y aprendió a bregarse en aquellos años duros en que los vascos eran los malos en el hemiciclo... aunque también los que determinaban los gobiernos
¿Cómo ve la política desde la segunda línea?
—La política institucional la veo decadente, abrupta, simple y propensa al espectáculo mediático. En una sociedad donde sus valores morales se difuminan, la política se ve concernida por esta circunstancia. En Euskadi no es igual, somos un país muy vertebrado por sindicatos, asociaciones, ONG y las Instituciones vascas trabajan colaborativamente con ellas y diagnostican mejor las pulsiones ciudadanas.
¿Es justo decir que en el Congreso ha ido bajando el nivel en las últimas legislaturas?
—En líneas generales, lo que se ha degradado es el debate político caracterizado por la crispación, la confrontación a pecho descubierto y la falta de ideas que no sirven ni para un corte de televisión. Aquí también hay que exceptuar el trabajo de un grupo como el Grupo Vasco cuya labor se caracteriza por el rigor y la defensa de los intereses de Euskadi
¿Se imaginó alguna vez que la ultraderecha tendría tantos representantes?
—Antes no, ahora tengo dudas viendo que es un fenómeno internacional. Hasta en la Alemania del cordón sanitario el neofascismo ha ganado en Turingia con mayoría absoluta.
En un reciente artículo en nuestros diarios subrayaba, además, el perfil terrible de los representantes institucionales de Vox.
—En ese artículo citaba un ensayo de Pío Baroja titulado Siluetas Románticas, en que realizaba la semblanza de los personajes más canallas de su época. Hoy vemos que Vox anuda a sus pactos con el PP a machistas, delincuentes por violencia de género, negacionistas del cambio climático, negacionistas de las vacunas, homófobos.
¿Lo que estamos viendo en gobiernos locales es el anticipo de lo que habrá en Moncloa tras el 23-J?
—No creo, son elecciones de perfil político diferente. Los gobiernos locales se caracterizan no solo por los programas o la ideología sino por la calidad de los candidatos y su vinculación a los entornos que los representan.
Tal y como está de polarizada la campaña, ¿qué puede hacer su partido para que se escuchen sus mensajes?
—Mi partido en campañas a Instituciones del Estado siempre ha sufrido los efectos de la polarización y siempre hemos sabido y esta vez sabremos introducir nuestro mensaje que en el fondo es simple, tenemos la exclusividad en la defensa de los intereses de Euskadi.
Hablemos de su especialidad, la Justicia… que sigue tan politizada como siempre, o más
—La que está politizada es la jerarquía del poder judicial. Está politizado el TC y está politizado el CGPJ. El problema deriva del sistema de designación de sus componentes por instituciones políticas (Cortes Generales y en el caso del TC el Gobierno y el CGPJ) y un sistema de reparto en forma de cuotas políticas.
¿Cómo puedo confiar en unos órganos judiciales cuyos miembros han sido elegidos por su ideología?
—La justicia ordinaria funciona al margen de la politización que afecta a la jerarquía judicial. Los jueces poseen ideología, sería ilógico que no la tengan, pero solo excepcionalmente se observan posicionamientos partidistas en la jurisdicción ordinaria.