¿Es capaz de explicarnos con pocas palabras lo que es la economía de la conducta?

Es una ciencia que estudia el comportamiento de los seres humanos para explicar fenómenos económicos añadiendo herramientas adicionales a la teoría tradicional.

Si entiendo bien, no estamos hablando solo de dinero.

El presupuesto real de las personas no es solo dinero; es también tiempo y energía. Debemos equilibrarlo. Existe cierta relación entre la edad y el presupuesto: primero nos falta dinero, después tiempo y al final energía.

De alguna manera, a esta disciplina se le puede aplicar el clásico “Nada de lo humano me es ajeno”.

Es otra aportación de la economía de la conducta, ya que aporta pautas para mejorar a las personas. Una sociedad no puede evolucionar si somos autómatas que solo buscan el salario para seguir funcionando. El desarrollo humano es un fin personal y colectivo.

¿Podemos aprender las personas a gestionar nuestros bienes no monetarios? Hablo de tiempo, afectos, emociones…

Basta responder a tres preguntas. ¿Hago lo que quería hacer cuando era más joven? ¿Me arrepentiré mañana de mi presente? ¿Soy coherente entre mis pensamientos, mis palabras y mis actos?

¿Qué hacemos para conseguir un saldo emocional positivo?

Conocer nuestras emociones básicas (miedo, alegría, tristeza, ira, sorpresa, asco) y reflexionar sobre las asociaciones que hacemos con ellas para usarlas, en la medida de lo posible, a nuestro favor.

¿Se puede aplicar a la empresa la economía de la conducta? ¿Cómo?

Un ejemplo. Nuestro yo más profundo es reptiliano, es decir, inconsciente. Eso explica el significado de nuestras compras. Según este punto de vista, sólo compramos reto (reconocimiento individual), placer, control, sentido de pertenencia, seguridad, libertad (autonomía), exploración, familia, trascendencia y poder (dominación). La clasificación es de Jürgen Klaric. Por lo tanto cada empresa sólo puede ofrecer diez productos.

¿Y a la política?

Ya lo hacía Iván Redondo (exdirector del Gabinete de Pedro Sánchez). Para él, las emociones más importantes eran el miedo, la esperanza y el rechazo. En consecuencia, todos los mensajes estaban enfocados a tal fin. Eso sí, Redondo terminó rechazado.

¿Qué puede aportar en un momento de crisis devastadora como el que estamos viviendo?

Se pueden aplicar técnicas de paternalismo libertario (nudges para promover comportamientos saludables, sludges para evitarlos), se pueden promover mecanismos para que pequeñas comunidades puedan gobernarse por sí solas, se debe promover la responsabilidad personal. Todos nuestros actos, sean compras, uso del tiempo e incluso sentido del humor influyen en la sociedad.

¿Cree que tardaremos mucho en salir de esta?

Sin visión ni ideas nuevas, desde luego que tardaremos.

¿Se resentirá la democracia? (Más de lo que ya lo está, quiero decir...)

Ya está resentida. La polarización como estrategia política ha creado visiones más extremistas de la sociedad y ha impedido trabajar en el debate real: cómo evitar el sufrimiento humano, cómo mejorar nuestra sociedad.