El revés más serio - Según la leyenda, es la izquierda la que siempre anda a bofetadas entre sus miembros y escindiéndose a todo escindir. Sin embargo, la derecha, tanto la tibia como la hirviente, también se las pinta sola a la hora del navajeo de conmilitón a conmilitón. Lo vimos no hace mucho en el OK Corral del PP que acabó con la defunción política de Pablo Casado, lo estamos viendo en la patética extinción con luz y taquígrafos de Ciudadanos y empezamos a verlo, con enorme satisfacción, en el pifostio casi culebronero de la salida/expulsión de Macarena Olona de Vox, que es el objeto de estas líneas redactadas con una sonrisa que no les oculto. No es que piense, como ya andan porfiando algunos adivinos apresurados, que los abascálidos están a diez minutos de irse por el desagüe, pero sí tengo claro que este es el tantarantán más gordo que han sufrido desde su nacimiento y que les va a ser complicado tapar la vía de agua.

El despecho vende - Digo el tantarantán más gordo, pero no el único. La historia del club del caudillín de Amurrio está tachonada de centenares de afiliados que se han ido o han sido despedidos con cajas destempladas entre bufidos por la falta de democracia interna, lo que, por otra parte, no deja de ser gracioso en un partido donde la tal democracia no es que sea un valor prioritario. Esas bajas de militantes o esas laminaciones incluso de direcciones locales enteras tuvieron un eco público mínimo y, como se ha comprobado, no supusieron el menor daño para la explosiva trayectoria ascendente de la formación ultramontana. Lo de Olona, sin embargo, no se va a quedar en episodio anecdótico. Primero, porque esta vez la protagonista de la trifulca no es alguien anónimo de la periferia sino uno de los rostros más conocidos. Segundo, porque monta la zapatiesta después de haberse estrellado clamorosamente como gran esperanza blanca en Andalucía. Y tercero, porque su comportamiento folletinesco ha captado la atención de los medios. El despecho vende mucho.

Declive - La desmañada respuesta de sus ya excompañeros y examigos ha empeorado la crisis. Ya digo que no creo que el hundimiento vaya a ser inminente, pero todo apunta a que ha comenzado el declive. Y ya no solo por esta bronca concreta. Empieza a oler a que quienes impulsaron el invento lo dan por amortizado y han comenzado a recoger cable para apostar por la reconquista de Moncloa a través de la vía clásica, es decir, el PP de Alberto Núñez Feijóo, con el precedente de la mayoría absoluta en Andalucía. Decidan ustedes si es para celebrarlo o no.