¿Qué es lo que menos le gusta de la última reforma de las pensiones?

No me gustan ni las formas ni el fondo. El uso del real decreto-ley resulta abusivo porque la sostenibilidad financiera no es un problema nuevo y el bien común no se busca unilateralmente. Cumplir con la UE requiere consensuar primero en tu propio país. Además, está plagada de incertidumbres, existen errores técnico-jurídicos y no queda claro que recaudar más a costa de los empresarios sirva para garantizar una tasa de sustitución elevada en las prestaciones.

¿Cree que será duradera?

No. Pienso que es un mero trámite para cumplir con la UE y recibir financiación. Si conforme a la información facilitada por el Gobierno español, la Comisión Europea estima que la tasa de sustitución será, de promedio, en España, del 41% en 2070, y, por tanto, nos alejamos de la tasa de sustitución actual, que roza de promedio un 77%, habrá que analizar la reforma desde esa perspectiva.

¿Hasta qué edad trabajará la generación que hoy tiene cincuenta años?

Se podrá jubilar voluntariamente a partir de los 65 o 67 años, si se han cotizado, respectivamente, 38 años y 6 meses, o menos. Pero se están cargando la gran revolución que supuso sustituir el concepto de vejez-invalidez por jubilación. Al ser conscientes de que en muchos casos las pensiones no serán suficientes, aunque así lo diga la Constitución, están preparando el terreno con la compatibilidad entre pensión y trabajo. La última reforma laboral también hizo que la jubilación forzosa solo sea posible a partir de los 68 años.

Y quienes acaban de entrar al mercado laboral, ¿pueden despedirse de cobrar pensión?

La cobrarán. La cuestión es saber en qué cuantía. La solución pasa por crear una política de empleo fuerte, que es la mejor política social.

¿Recomienda hacer aportaciones a un plan privado?

Prefiero que se fomenten debidamente los planes de empleo, porque son fruto de la concertación social y suponen repartir la riqueza generada.

Otro asunto. Hace poco escuchamos al candidato a la moción de censura que el salario mínimo es perjudicial. ¿Lo comparte?

No. Todo lo contrario. El salario mínimo es necesario para garantizar la dignidad de las personas.

Otra idea que se repite es que subir el SMI provoca paro. ¿Es cierto?

El salario mínimo debe ser igual o superior al 60% del salario medio nacional neto. Si determinadas empresas no son viables habrá que analizar las razones.

El Gobierno español plantea encarecer el despido. ¿Qué le parece?

La cuestión no pasa tanto por encarecer el despido como por establecer que el mismo solamente se produzca cuando se demuestre que las causas ETOP imposibilitan la viabilidad de la empresa y no es posible adoptar otras medidas.

Últimamente oímos hablar de la semana laboral de cuatro días. ¿Es viable?

Depende del sector, de la capacidad productiva y de la voluntad de repartir la riqueza obtenida. De no regularse adecuadamente pueden producirse disfuncionalidades en materias como contrato a tiempo parcial, jornada flexible, tiempo efectivo de trabajo, guardias, desconexión digital o registro de jornada.