Hoy estaba claro por dónde vendría la brea. Ni sabe este humilde recolector de entrecomillados la de veces que le ha tocado leer la letanía “El mayor escándalo de corrupción de la Historia de España”. Para despistados, hablamos del caso de los EREs andaluces, que por fin tienen sentencia definitiva del Tribunal Supremo. Por de pronto, el expresidente José Antonio Griñán está a un paso de la cárcel. Y eso es motivo de algarabía en el ultramonte diestro.

ABC lo celebra con una primera a todo trapo en la que bajo la imagen de Griñán junto a su antecesor Manuel Chaves (condenado a 9 años de inhabilitación) se lee: “Un saqueo de 680 millones a la espera de indulto”. El complemento es un editorial titulado “No hay corruptos honrados”. Es una alusión a las primeras palabras del PSOE al conocerse el fallo: “Las declaraciones amigables de los dirigentes socialistas con Chaves y Griñán demostraron esa doble moral que tienen con el Código Penal, articulada en el argumento de que la izquierda no comete delitos, sino que es perseguida por una trama político-judicial; la izquierda no roba, sino que distribuye riqueza; y si la cosa es muy evidente, como en los ERE, todo se habrá debido a un exceso de celo por el bienestar del pueblo”.

"16 condenas, una decena de ellas con ingreso en prisión, y 680 millones de euros no sirven para que aquel partido de los cien años de honradez se ponga colorado"

Julián Quirós

La idea la desarrolla el director del vetusto diario, Julián Quirós, que no puede evitar tirar de comparaciones con otros trapicheos: “680 millones de los andaluces, de los españoles, repartidos fuera de control hicieron menos ruido en las teles que los tres trajes baratos de Camps (y que finalmente se pagó el expresidente valenciano, según se aclaró en el juicio). Y no digamos los mil euros de financiación irregular que les achacaron a los concejales de Rita Barberá. Pero, por lo que sea, 16 condenas, una decena de ellas con ingreso en prisión, y 680 millones de euros no sirven para que aquel partido de los cien años de honradez se ponga colorado”.

"Nunca hubo quincalla corrupta en la izquierda, solo una reordenación del gasto público con un fin social, benefactor"

Manuel Marín

También en ABC, Manuel Marín se abona a la comparación, tirando de ironía o algo así: “La derecha roba por malicia intrínseca, porque forma parte de su esencia. La izquierda en cambio nunca roba. Solo eran héroes con perfil de robin hood que tomaban dinero de los ricos, o del Estado, tanto da, para entregárselo a los pobres. Nunca hubo quincalla corrupta en la izquierda, solo una reordenación del gasto público con un fin social, benefactor”.

PSOE, tu nombre es corrupción”, clama en Libertad Digital Daniel Rodríguez Herrera. Otro que se apunta al sarcasmo de la corrupción buena y mala: “Para el PSOE, la corrupción destinada a alcanzar y mantener el poder no es algo malo, porque al fin y al cabo ellos son el camino, la verdad y la vida; nadie alcanza la Bondad si no es a través de ellos. El robo de nuestro dinero con el fin de mantenerse en la poltrona sólo puede ser, en definitiva, algo bueno, honesto y justo. Lo cual los separa del resto de los partidos políticos no ya por cantidad, que también, sino sobre todo por calidad. Ellos creen en la corrupción para un fin superior. Ellos son, en definitiva, la corrupción hecha partido político. España no podrá caminar en la buena dirección mientras el PSOE siga existiendo”.

Suma y sigue a lo de las trapisondas buenas y malas, Rebeca Argudo deja estas líneas en La Razón: “Así pues, con la ratificación del Supremo calentita por un lado y las declaraciones de los socialistas por otro, lo que parece (parece que quieren que parezca) es que hay dos tipos de corrupción: la buena y la mala. La primera, la suya, ni es corrupción ni es nada. Apenas fruslería. Y luego está la mala, la de los otros, que esa sí es grave y es la que hace pupita. El mayor caso de corrupción de las últimas décadas en España no sería, por lo tanto, más que un pequeño equívoco, una leve irregularidad”.

El editorialista de El Mundo, después de vanagloriarse de haber sido el medio que destapó el pufo (algo que también hace ABC), levanta el mentón y apunta a Sánchez: “La Justicia ha dictado sentencia y ahora le toca al PSOE depurar responsabilidades. En su lugar, el partido optó ayer por el silencio más absoluto. Pedro Sánchez, como líder de los socialistas y haciendo honor a las siglas que representa, debe pedir perdón a los andaluces y al resto de españoles por decencia democrática”.

En Vozpópuli, Alberto Pérez Giménez aporta su granito de arena en el ojo de Sánchez: “Un Gobierno cuyo partido tiene, desde hoy, a un expresidente condenado en firme y a un expresidente de la Junta a punto de ingresar en prisión por consentir una maquinaria que dilapidó cientos y cientos de millones para conservar el granero de votos del partido. Desde hoy, el PSOE tiene que buscar nuevos argumentos para atacar al PP: el de la corrupción ha sido borrado por los jueces del Alto Tribunal que, a la vez, con su sentencia, demuestran que a Sánchez hace tiempo que se le acabó la baraka”.

Terminamos en El Debate, donde el subdirector, Luis Ventoso, se sale un tanto del carril y le calza un leve coscorrón a Alberto Núñez Feijóo por no haber salido con el cuchillo entre los dientes: “Ante un caso tan grave como el de los ERE, el jefe de la oposición debió haber optado por explicar a los españoles detalladamente en qué consistió aquel fraude, porque viendo las televisiones del régimen no parece que se vayan a enterar. La primera máxima en comunicación es dar tu versión de los hechos, pues sino otro lo hará por ti. Y ahí el PSOE es maestro. Esta vez han marcado un nuevo hito: ensalzar como un logro social el robo de 680 millones de dinero público. Ole”.