Producto bolchevique - A lo largo de toda la semana no han dejado de correr ríos de bilis diestra contra la futura ley de Memoria Democrática. Federico Jiménez Losantos se la atribuye en El Mundo al “Komando Sánchez”, y dice de ella que es “un producto típico del totalitarismo bolchevique, modelo a su vez del nazi, que Trotski y otros ministros de Lenin invocaban con pancartas en 1918. Ahí está la foto del jefe del Ejército Rojo bajo la pancarta ¡Viva el terror rojo! Y desde las violaciones masivas de burguesas, que eran todas las mujeres que les apetecía violar, a la guerra contra los acaparadores kulaks, que eran los campesinos que se negaban a entregar el grano de las semillas”.

Un ongi etorri - Carlos Herrera la califica en ABC como “El relato de la infamia” y, superándose a sí mismo, la define así: “Es un inmenso ongi etorri creado desde la misma presidencia del Gobierno que antaño luchó por descabezarlos [a ETA], estructurado para que ellos concedan credenciales de demócratas coincidiendo, además, con el 25 aniversario de uno de sus crímenes más significados”.

Alargar la dicatadura - En el mismo diario, que fue el que pagó el avión de Franco en julio de 1936, el editorialista se tira de los pelos: “Bildu y otros partidos independentistas y nacionalistas se salen con la suya abriendo en canal la propia Transición y haciendo llegar prácticamente hasta 1983 la dictadura de Franco, en lugar de enterrarla en 1975, que es cuando realmente tuvo su final”.

Ezkaba - Al general Luis Alejandre se le llevan los demonios porque el acuerdo contempla resignificar el fuerte en que fueron masacrados más de doscientos presos republicanos: “Como anteayer fue el castillo de Montjuïc; como ayer fue el cuartel de Loyola en San Sebastián. Hoy, en este constante drenaje del nacionalismo por romper España, le ha llegado el turno al Fuerte San Cristóbal o de Alfonso XII ubicado en el monte Ezkaba a pocos kilómetros de Pamplona”. 

Franco, Cariño y respeto - La guinda, esto de Luis Eugenio Togores en El Debate: “Por mucho que pueda fastidiar al Gobierno y a sus palmeros, Franco murió en la cama rodeado del cariño y el respeto de muchísimos españoles. El que diga lo contrario miente”.