NO cogió el ascensor para llegar a la planta noble: tuvo que subir por las escaleras. Y ahora ha de tomar aliento para superar los últimos pisos, una ascensión siempre complicada. Les hablo de Imanol Pradales y su preparación para el triple salto mortal hacia la Lehendakaritza, sillón que ocupa quien fuera tu profesor de antaño. Ahora, ya en la última cordada, recuerda, Imanol, un viejo lema del alpinismo: lo esencial no es escalar rápido sino durante mucho tiempo.

Paso a paso, poco a poco, ese es el ritmo. Dices adiós a las últimas maniobras como diputado, a los últimos trabajos a pie de obra en pos del despacho donde todo se planea. No será un camino fácil. Ni siquiera será sencillo llegar hasta ahí arriba. Habrás de pelear duro para convertirte en espalda plateada, en lobo capitán de la manada, cargo al que aspiran diversas jaurías. Soplará un viento revuelto y habrás de buscar la ruta con inteligencia y astucia. ¿Acaso unas elecciones no tienen algo de instinto animal?

Recuerda -y tú, como todos...- aquello que nos dijo el premio Nobel de economía, Milto Friedman. “Uno de los más grandes errores es juzgar a los políticos y sus programas por sus intenciones, en vez que por sus resultados”. Ahora el pueblo corre ese peligro: juzgar a ojos cerrados, sin saber qué hará quien salga elegido ni cómo. En la tarea de ser claros y concisos te pedimos, os pedimos a todos los que se presenten, que escribáis con buena caligrafía, que nadie venda burras para que no queden en el camino un reguero de promesas incumplidas. Uno, como pueblo que es, os pide verdad y honradez. Y un puñadito de aciertos de vez en cuando. No creemos en imposibles así que no, que nadie venga con el cuento de la lechera. Si te preguntan un día de estos recuerda la respuesta de Mallory cuando le cuestionaron por qué subir montañas. “Porque están ahí”.