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El sacacorchos

Jon Mujika

El Nobel y Jon en el bus

SALTA la noticia en un servicio de informaciones instalado en mi smartphone: los investigadores de los attosegundos (el tiempo que tarda la luz en atravesar un átomo...) han sido distinguidos con el premio Nobel de Física 2023. ¡Guauu! Recibo el anuncio en el autobús, camino a casa, y no encuentro con quién compartirlo. Decido hacerlo con la persona que se sienta a mi lado y ella, sorprendida, me comenta que esperaba algo diferente. ¿Algo diferente entre los candidatos al premio Nobel de Física de este año? ¿O algo diferente a los attosegundos...? “Claro que sí”, comenta, como si fuese un tipo recién salido del laboratorio. “Es inaudito que no se lo hayan dado a Jon”. ¿A Jon?, pregunto. “Sí claro, a Jon Azanza, el tipo que se plantó en Anoeta con la camiseta del Athletic. Por no sé qué extraña ley física se ha convertido en alguien visible en todo el mundo. A él le tenían que habérselo dado”. Suena otra vez la alarma y salta la noticia de que el ciclo Passion For Knowledge ha juntado a Donna Strickland y George Smoot, galardonados con el premio Nobel de Física de años atrás, con estudiantes bilbainos. Decido callarme como un muerto.

Iba a escribirles sobre los cambios anunciados en Bizkaibus para adecuar los ritmos de los autobuses de Bizkaia a las necesidades de este tiempo y recordé la conversación de la mañana. ¿Qué uso necesitamos darle al bus nuestro de cada día? Uno, yo, por ejemplo, busca un interlocutor con quien compartir una noticia y otro, quien me escucha, otro interlocutor con quien compartir un desahogo. Compruebo que los attosegundos, esenciales para la Humanidad, son del todo prescindibles en los asientos de un autobús, donde Jon Azanza es el rey. Y que el premio Nobel es, para no poca gente, algo así como el premio gordo de un concurso en horario prime time, la maravilla de las maravillas. Y ya ni siquiera recuerdo qué iba a contarles.