SUBE la marea de un Bilbao más habitable, con mil y un proyectos para la reconstrucción de una ciudad confortable como uno de esos sofás que están pidiendo ¡túmbate! Sube la marea y se anuncia una pleamar verde que barra de la costa que separa dos Bilbaos una playa de vías ferroviarias, a la vista en su entrada a la estación de Abando. Es allí donde se anuncia la creacion de un parque, una suerte de bosque urbano, que de continuidad a un Bilbao más amable. Es curioso, en una época cada vez más automatizada donde parece ser que no podemos, o no queremos, recordar nuestros orígenes se acoge con alegría la supremacía de la hierba sobre el asfalto. O sobre el hierro de los raíles, si lo prefieren decir así.

Fue el poeta romántico británico Jhon Keats quien nos recordó que la poesía de la tierra nunca ha muerto. Es la naturaleza la que nos llama de vuelta a los orígenes. Al fin y al cabo no es un lugar para visitar: es el hogar. Es por ello que el concurso que han de presentar los estudios elegidos para su creación de esa explanada parece abocado a la recreación de un mundo atractivo, cercano y confortable. Como el salón de casa, vamos.

¿Estamos ante un nuevo ensanche de Bilbao ? ¡Quién sabe! Esa pinta da pero habrá que ver cómo se hermana la ciudadanía en esas tierras rescatadas del abandono. No van a derribar un muro, no, pero sí van a levantar un punto de encuentro y cruce. La idea suena bien pero habrá que ver cómo encaja, que nueva vida brota allí. Los músicos del mundo deben saberlo: una fórmula casi infalible para triunfar consiste en inventarse la letra de la canción y eso siempre tiene riesgos. Por ejemplo, había una rumba flamenca de fiesta titulada Achilipú y hace no mucho de una casa okupada vi sacar de la estancia a un hombre en cuya camiseta podía leerse Achilipunk. l