SAN Antonio Abad, San Antón si se nos permite el tuteo, se desprendió de todos sus bienes y se retiró en soledad. Entonces descubrió la sabiduría y el amor divino a través de la naturaleza. Así lo dice la hagiografía (ese es el término que describe la historia de la vida de un santo; puede tener carácter literario narrativo o dramático, y no conviene olvidar que la ha más antigua es la Vida de San Antonio Abad escrita por San Atanasio en el año 357...) y así lo recoge el pueblo. Resumámosla para comprender el porqué se le considera patrón de los animales. San Antón nació en Egipto hacia el 251-252. Hijo de una familia acomodada, pierde a sus padres cuando tiene 20 años y decide desprenderse de todo lo que tiene y retirarse del mundo. Primero se estableció en un cementerio cercano a su aldea nativa, Coma, donde registró extraños episodios con demonios en forma de bestias salvajes con los que se batió a muerte. Después, ya con 35 años, se retiró al monte Pispir (hoy llamado Der El Memum) donde pasó 20 años en soledad.

Calcula el relato cómo hacia el año 305 comienza a vivir en comunidad con sus discípulos, pero solo durante 5 o 6 años. Después vuelve a refugiarse en la montaña (en un retiro menos estricto) en el lugar donde hoy se encuentra el monasterio que lleva su nombre: Der Mar Antonios. Allí permaneció 40 años hasta su fallecimiento, dicen que con 105 años de edad.

Por todo ello San Antonio Abad es considerado el fundador del monacato, por su vida en retiro. Además, es el patrón de los animales. Esto se debe a dos razones principales: sus episodios con bestias salvajes durante su primer retiro y su descubrimiento de la sabiduría a base de observar a los animales y del amor divino a través de la naturaleza. Ayer, entre las nieves de Urkiola, una sucesión de animales recibieron, como es tradición y costumbre, bendiciones en su nombre. Ya saben por qué.