Como ya avanzaban los datos oficiales de la evolución del empleo en Euskadi durante el mes de marzo y el continuo goteo de ERTE en las empresas, el impacto económico derivado de la crisis del coronavirus va a ser brutal y tendrá consecuencias muy importantes. Los efectos de la pandemia han trastocado de arriba abajo y en muy pocas semanas la realidad social y económica tanto a nivel local como global, por lo que las repercusiones se dejarán sentir a todos los niveles durante un tiempo indefinido, en función de los distintos escenarios que puedan darse. En cualquier caso, la economía vasca sufrirá un duro golpe este año, cifrado en una fuerte contracción del PIB de hasta el 3,6% y una tasa de paro superior al 11%, según el nuevo cálculo realizado por el Gobierno vasco tras la obligada revisión de sus propias previsiones para este ejercicio. Esto supone que el desplome de la economía vasca en este 2020 nos situará al nivel más bajo de la gran crisis financiera que castigó duramente a Euskadi, aunque las perspectivas de recuperación son radicalmente distintas a las de entonces. De hecho, las primeras previsiones realizadas por el departamento de Economía y Hacienda indicaban un aumento del PIB de un 1,9% y la creación de 11.500 puestos de trabajo. Y los datos anteriores al impacto del coronavirus apuntaban que se iba por muy buen camino, de manera que marzo se aproximaba a una cifra récord en cuanto a afiliados a la Seguridad Social y el mes podía terminar con 2.000 parados menos. La pandemia, sin embargo, ha alterado todas las previsiones, por lo que es ya necesaria una nueva estrategia que pueda hacer frente primero a los extraordinarios gastos de financiación relativos a la salud que ya se están haciendo y que seguirán siendo muy acusados y, además, a preparar la recuperación y atender a los sectores de población y trabajadores más perjudicados, así como a las empresas y autónomos. Euskadi cuenta con instrumentos para diseñar, trabajar y hacer realidad esta necesaria recuperación. El consejero Pedro Azpiazu resaltó ayer que las cuentas públicas vascas están “saneadas” y “preparadas” para este nuevo escenario y que ya hay medidas iniciadas en este sentido, por lo que auguró que la recuperación será ya significativa en 2021 y mucho más acusada en 2022. Junto con la lucha contra el virus y sus duras consecuencias, es ya todo un desafío de país.