CINCO semanas después, que es el tiempo transcurrido desde la conclusión de la anterior temporada, el Athletic está donde estaba en lo relativo a la composición de la plantilla del primer equipo. Mientras una voz autorizada no lo desmienta tal es el panorama, que ayer mismo fue refrendado con la oficialización del fichaje de Alex Petxarroman, movimiento que se conoció a las pocas horas de que el equipo iniciase sus vacaciones. Esta noticia se agrega a la ofrecida por el club a mediados de junio sobre los cinco canteranos que suben directamente del Bilbao Athletic para incorporarse a la pretemporada de Marcelino García Asimismo, aunque no hay comunicación expresa al respecto, el propio Dani Vivian contó en estas páginas que vuelve de su cesión con idéntico plan que los chicos del filial.

El resto de los asuntos sobre altas y bajas que han amenizado la apagada actualidad rojiblanca se han de incluir en apartados como el del rumor, la especulación o los ecos de desigual intensidad generados por los típicos movimientos en la sombra. Por ejemplo, el nunca explicitado aunque sí sugerido interés por captar a Javi Martínez. Un clásico de difícil encaje en la realidad económica que vive la entidad y que tampoco se sostenía desde la óptica deportiva. Bueno, la cosa es que el muchacho no tardó en desmarcarse y, por qué obviarlo, no sorprendió en absoluto al anunciar que su opción se halla en las antípodas del aterrizaje en San Mamés.

En plena cuenta atrás de la citación en Lezama, podría afirmarse de que ni siquiera existe una constatación fiable de que los nombres que sonaron como prescindibles correspondan efectivamente a los de los jugadores que Marcelino no quiere. Hombre, no hace falta dedicarse a la investigación ni ejercer de profesional en el mundo de la información para de buenas a primeras señalar a Kodro, Córdoba, Vicente o Nolaskoain como potenciales descartes. Por diferentes razones llevan encima dicha etiqueta. En cambio, la inclusión de Unai López en este colectivo dejó un tanto perplejo al personal. Vale que aparezca como el centrocampista menos utilizado por Marcelino, pero de los cuatro es quien reúne características que los otros no poseen. Al paquete de los "sentenciados" se unió luego Ibai Gómez, pero si la marcha de los demás se antoja complicada en su caso hay que catalogarla de imposible en razón de su caché y del rendimiento que ha brindado desde que fuera repescado del Alavés.

Elucubrar en torno a si el entrenador quiere desprenderse de este sexteto es gratis, uno cree que no haría ascos a otras despedidas y que acaso el club estaría encantado si alguien se presenta en Ibaigane talonario en mano. En cualquier caso, lo que no admite discusión es que hacer efectivas las salidas apuntadas sale caro. Entraña un coste que se conjugará con las fechas: a medida que el calendario avance se irá viendo si se abre el abanico de pretendientes y/o si el Athletic traga; o sea, si asume cargar con importantes porcentajes de las operaciones, todo para eludir que el ambiente se enrarezca.

Porque hay que pensar que la presión que ejerza Marcelino será un factor capital. Dijo lo que dijo antes de ponerse las chancletas sobre el cupo que estimaba ideal para encarar la nueva temporada y ante la ausencia de novedades que satisfagan sus deseos quizá transija hasta el momento de embarcarse para la concentración en Suiza, faltan quince días, pero de ahí en adelante es posible que su paciencia empiece a resentirse.

Son temas que competen a la dirección deportiva, que a su vez depende de la agitación que se registre en el mercado. Se supone que Rafa Alkorta no se ha ido todavía de veraneo y a este paso no podrá hacerlo hasta septiembre. Sobre el papel, no conviene despreciar la influencia que vaya a tener en el desarrollo de la temporada cuanto ocurra hasta entonces en los despachos. Por de pronto, Marcelino ya se ha manifestado en ese sentido.