HE ahí una de las verdades más rotundas del escenario político, y miren que es complicado hablar de verdades verdaderas en este campo: las ideas de cada uno son únicas e irrepetibles, algo así como Robert Redford o Sofía Loren, según quien las defienda. Quiere decirse que cada cual defiende sus ideas y rechaza las ajenas, estén en el gobierno o en la oposición, tanto da. Aunque sea cierto que donde truena un hecho, ha relampagueado una idea es algo que no se acepta así como así. Y como las ideas no duran mucho -hay que hacer algo con ellas porque se evaporan muy rápido...- ahí se enmaraña todo. Escucha la mía que es mejor o acata la nuestra que es la que conviene. Ese es el pan nuestro de cada año cuando se debaten los presupuesto. Si hay algo peor que una discusión sobre las ocurrencias de cada uno es ese mismo debate con dinero de por medio.

Basta con que un gobierno no acepte una sola de las 600 enmiendas que le proponen para que le llamen apisonadora. Basta que exista un gobierno donde uno no está para que le propongas 600 cambios. Siempre igual.