EL equilibrio reside en no dejar que nadie te quiera menos de lo que te quieres tú. Esa es la ley que rige sobre la ubicación de Bilbao -qué digo Bilbao, de Euskadi entera...- en el mapa del turismo nacional e internacional, una cartografía donde se analizan todas las cualidades y oportunidades, todas las maravillas y los obstáculos con los que puede encontrarse un visitante. El arte de vender la excelencias de Euskadi es digno de un primera espada, hasta el punto de que las evaluaciones externas y los diagnósticos profesionales, como el firmado recientemente por Exceltur (alianza para la excelencia turística), sitúan a Euskadi en cabeza en materias como las de la competitividad. Cabeza de león, quiere decirse.

El análisis viene a decir que Euskadi se ha convertido en un destino number one de los viajeros que buscan una aventura inolvidable en cada travesía. Euskadi, merced a sus riquezas, ha ganado en potencialidades. No en vano para hallar el equilibrio que buscas debes tener los pies tan firmemente plantados en la tierra que parezca que tienes cuatro piernas en lugar de dos. De este modo podrás estar en el mundo. Pero debes dejar de mirar el mundo con la mente. Tienes que mirarlo con el corazón, una cualidad sobre la que se ha trabajado para llegar a la cumbre que hoy se holla. Lo importante no es solo llegar sino mantenerse en la cima de las atenciones hasta el punto de lograr que nos devuelvan la visita una y otra vez.