EN un partido fácil de dirigir, en el que el comportamiento de los jugadores fue el adecuado, Alberola Rojas no supo entender las reglas del juego, ni aplicarlas. No se puede decretar faltas en ventajas claras del equipo que recibió la infracción, lo mismo que parar el juego para señalar fuera de juego cuando el defensa está sacando el balón jugado de forma clara. El colegiado de Ciudad Real ralentizó el juego y tampoco acertó en el reparto de las tarjetas. En líneas generales, un flojo arbitraje. En cuanto a las jugadas polémicas, en el minuto 4 Raúl García reclamó un penalti por un agarrón de Carlos Clerc. A mí me lo pareció, pero no se aclaró en la repetición.