NO es por incordiar, pero la famosa expresión en castellano “Ladran, luego cabalgamos” no aparece en El Quijote, sino que una referencia aproximada a esa sentencia (“Ladran los perros, es señal de que avanzamos”) ha sido extraída del poema ‘Klaffer’ (’Ladran’) escrito en 1808 por el poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe. La expresión es ampliamente utilizada para señalar que algo o alguien avanza a pesar de las críticas, los impedimentos y las embestidas que se le vayan presentando. Aunque la máxima no provenga de la excelsa obra de Cervantes, la propensión de la derecha española al ladrido amedrentador, a la amenaza y a la bravuconería canina es patológica. En ese ejercicio de aullar se han ocupado y se ocupan hasta el aburrimiento tratando de impedir que en Nafarroa se constituyera un Gobierno de progreso presidido por la socialista María Chivite. Han ladrado y ladran con tanta ira, tanta inquina, tanta mentira como sinrazón.

Pero han cabalgado y siguen cabalgando los comprometidos en este intento de continuar cambiando las estructuras políticas, económicas y sociales de esa Comunidad Foral, tan arrasadas por décadas del régimen de una derecha extrema y supremacista que continúa ladrando frenética por el corralito perdido. Desde esa frustración del poder desposeído podría entenderse el desvarío histérico de Javier Esparza, ante la perspectiva de otros cuatro años en el frío helador de la oposición. Acostumbrada a la simpleza y a la insignificancia ideológica del actual líder de UPN, a la sociedad navarra no le extrañan sus ladridos en la misma línea mentirosa, excesiva y apocalíptica de hace cuatro años, cuando el cuatripartito le sacó del sillón a golpe de voto. Lo que esta vez ha ocurrido es que a los ladridos de Esparza se han sumado los de la jauría de la derechona española, que ha utilizado como tonto útil esos ladridos forales para dirigirlos contra su auténtico enemigo, Pedro Sánchez, y complicar al máximo su acceso al poder en España. Y en ello están, ladrando, amedrentando con el espantajo de ETA -¡todavía!- y con Esparza de mamporrero.

Ladran, luego cabalgamos. Como una antítesis del atasco madrileño para un acuerdo imposible, que ha avergonzado a una ciudadanía harta de la incompetencia de los políticos españoles, los cuatro partidos navarros han hecho oídos sordos a los ladridos acompañados de insultos, ofensas y mentiras, para consolidar contra viento y marea un acuerdo progresista e integrador que, sin duda, favorecerá a la ciudadanía navarra que, pese a quien pese, es plural y progresista. Ante tanta y tan desaforada hostilidad, hay que destacar el coraje de María Chivite la presidenta socialista a quien han injuriado, intimidado y maldecido las derechas extremas a puro ladrido por aceptar el cargo con la abstención de los malos, disimulando con hipocresía perruna el haber pactado de palabra, obra y documento con los fascistas. Ha sido valiente María Chivite, como lo ha sido en la ejecutiva del PSOE el milagrés Santos Cerdán explicando en Ferraz la absoluta legitimidad del proyecto de este nuevo Gobierno de progreso para Nafarroa.

Hay que destacar también la cohesión y lealtad de los tres partidos que acompañarán a Chivite en esta apasionante aventura. PSN, Geroa Bai, Podemos-Ahal dugu e Izquierda-Ezkerra, han respondido a los ladridos de la jauría dando ejemplo de cómo se pactan los acuerdos y, lo que es más complicado, cómo se pactan también los desacuerdos. Y no debe obviarse la generosidad de EH Bildu, falso pretexto para tanto ladrido, que ha sabido asumir su complicado papel de apestado sin perder la dignidad y aportando desde su exclusión formal el apoyo a la continuidad del cambio por una Nafarroa más justa y cohesionada.

Los ladradores seguirán ladrando, seguirán amenazando, añadirán hasta el infinito insultos a los insultos, seguirán hablando del pacto de la infamia perpetrado por el felón Pedro Sánchez, porque a fin de cuentas Nafarroa les importa una mierda y van a lo que van, a impedir que el PSOE gobierne España. No es fácil predecir en qué va a parar la investidura de Sánchez, pero en Nafarroa el Gobierno de progreso presidido por María Chivite ya cabalga. La jauría de Navarra Suma seguirá ladrando, pero a medida que les va helando la lejanía del poder terminarán por agotarse, aunque no por resignarse. Que ladren, que ladren, Nafarroa ya cabalga hacia una sociedad más justa, más libre y más cohesionada.