O había hecho fortuna en su año largo de vida la plataforma Unión 78, un chiringo cubierto del barniz de plataforma cívica, como si sus promotores -Rosa Díez, Fernando Savater, María San Gil,...- fueran apolíticos incólumes de espíritu civil. Ha pillado cacho convocando en la Plaza de Colón, símbolo del espíritu nacional -aquel en el que había que formar a la ciudadanía cuando no había valores democráticos en los que formarla-, una protesta preventiva contra los indultos a los presos del procés. Estos librepensantes no quieren disidentes en la calle, solo rectos defensores de la unidad de destino en lo universal y han recibido el cálido abrazo de Vox y el PP y el trémulo de Ciudadanos. Es probable que la cita en Colón esté justificada en las citas del navegante, que muestran cierta obsesión con el oro, los cuerpos desnudos de los nativos americanos. Animo a repasarlas. Especialmente una que le atribuyen y que reza así: "Uno no descubre nuevas tierras sin consentir perder de vista, durante mucho tiempo, la costa". En Colón se reunirán el día 13 los que nunca abandonarán la comodidad de la tierra firme y bien pagada bajo sus pies mientras niegan a los demás el derecho a navegar. En el fondo -todo hay que decirlo- la frase, hermosa en lo que significa de intrepidez y compromiso con la vanguardia, con la aventura de buscar mejores expectativas, ni siquiera es de Cristóbal Colón, aunque erróneamente se la firman porque le habría quedado ideal. Es del escritor André Gide, una mente a caballo entre el siglo XIX y el XX, abierta al cambio y a la tolerancia; enamorado del comunismo y firme opositor a él después de vivirlo en Rusia; defensor de los homosexuales y de la humanidad hacia los presos condenados. No, los de la plaza son más del Colón que dejó escrita la obligación de convertir a los paganos del nuevo mundo a la única fe porque le parecieron dispuestos y, sobre todo, mal armados.