O creo que pueda decirse que Felipe de Borbón haya decepcionado. Para eso hace falta tener expectativa previa. Los que no la teníamos no la hemos perdido y quienes se bastaban de un gesto implícito lo han magnificado hasta la autosatisfacción. Es el trile de extrapolar esa frase de que los valores éticos y democráticos están "por encima de consideraciones familiares" que pretende convertir en declaración solemne lo que no pasa de frase hecha que lo mismo sirve para referirse a los presuntos delitos de su antecesor que para recordar a sus súbditos que un primo segundo sin mascarilla es una mala influencia. Si es lo primero, que lo diga claramente. El mero hecho de que la institución que representa tenga como prioridad preservarse a base de blindajes legales de su proceder imposibilita dotarla de la cualidad de jefatura de estado democrático, con una ética de los derechos individuales y colectivos en términos de igualdad. La corona española tiene como único valor condensar el misticismo nacional como placebo allí donde el proyecto de coexistencia fracasa en términos de cohesión, respeto y equilibrio. Nos tiene buscando mensajes implícitos donde no sabe ser explícitamente representativo del sentir social como primera autoridad de un estado libre y democrático. Cuando necesita defenderse a sí misma de la opinión de sus ciudadanos es débil. Un lastre.