Jai Alai
Iglesias incómodas
Hay quien se sorprende de que la ultraderecha cargue contra los obispos. El fascismo no era católico pero un sector del catolicismo sí era fascista. La unión fue por ósmosis. Tampoco es cosa nueva. La religión es factor clave de cohesión social. La política no deja de ser la convicción que aglutina en torno a una idea que, en demasiadas ocasiones, se transforma en fe. Así que, solo basta que alguien como Abascal se sienta ungido de la convicción que precede al fanatismo para que la Iglesia, y todo lo demás, pase de ser una herramienta útil a un rival a batir. Porque todos los demás están equivocados. Incluso Dios.