Deia y BBK entregaron ayer sus novenos premios solidarios. Un reconocimiento a quienes trabajan por mejorar la vida de quienes les rodean, conocidos o no; cercanos o no. Ayudar en un tiempo como el actual no es fácil. Somos una sociedad solidaria que, sin embargo, también se muestra en más ocasiones de las debidas como egoísta, olvidadiza de que cualquiera puede estar mañana en el pozo pidiendo una mano amiga. Así que es justo premiar a aquellas personas que sacan tiempo de su tiempo para atender a quien más lo necesita, sea quien sea. Porque lo importante es el ser humano, no su procedencia, color de piel, género o edad.