De la Sota

Hoy es una exposición en el Bellas Artes, pero ni siquiera esas más de sesenta obras cuidadosamente elegidas alcanzan a dar del todo la auténtica dimensión del apellido pronunciado con sigilosa veneración en las décadas más oscuras del franquismo que persiguió y despojó de bienes a su familia con la mayor multa nunca impuesta; la realidad de su enorme influencia en nuestro país, en su progreso industrial y naviero, sí, pero también cultural y urbanístico a caballo de los dos siglos anteriores; la magnitud de su influjo en la tradicional anglofilia de esta sociedad y, por supuesto, su impulso al desarrollo ideológico de la nación vasca. Sir Ramón. De la Sota.