"Sin convenio no hay Tour”. El eslogan está pegado a la acción asindical de la que no se sabe ya muy bien si es la nueva o aspirante a asociación Ertzainas en lucha. Lo llevan en pancartas y pegatinas. Lo dejan allá por donde pasan en manifestaciones, concentraciones. Hago un alto en la celebrada el martes en Busturia, con bengalas de humo más propias en manos de aficionados de fútbol a los que controlar que en ertzainas. Pero en fin. “Sin convenio no hay Tour”. Aclaraba con precisión mi admirado compañero Javier Vizcaíno en su reflexión de este mismo espacio en DEIA el pasado 4 de junio, que la cosa no va de la Ertzaintza, sino de unos ertzainas. Y salgo en su defensa por el ataque al que se ha visto sometido en redes sociales por ejercer su derecho a la libertad de expresión, por cierto, medida siempre y respetuosa. Cosa contraria es lo que ha recibido, algunas incluso rayan la amenaza. Relato varias perlas: “manta de hostias, como dices, la que no te dio tu padre en su día”, (Un ertzaina @unertzaina); “no hablamos de periodistas, hablamos de uno de los mayores impresentables de la pluma”, (Si.P.E. FEPOL @sipertzaintza); o “furcia mediática”, (Joseba M. Z. @josebamz). No sigo. El pronunciamiento en estos términos de personas que dicen defender nuestros derechos solo merece la repulsa y la condena. Hubo un tiempo en que fueron ellos mismos quienes sufrían el señalamiento y recibieron nuestro apoyo pese a todo y frente a todo. ¿Cuándo se ha dado la vuelta a que personas integradas en nuestra Policía Autónoma ataquen de semejante manera?. Confirma lo que denunciaba Vizcaíno en su artículo, que no es la Ertzaintza, sino unos ertzainas. Es el conjunto del colectivo el que debe aislarlos. Y saber diferenciar que, cuando se afirma “Sin convenio no hay Tour” ellos mismos ponen en entredicho su profesionalidad. La Ertzaintza es uno de los pilares de nuestro autogobierno. Convendría hacer nuevas pegatinas en las que ponga “sin convenio, sí habrá Tour”. No puede ser de otra manera. No se entendería de otra manera.