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El independentismo olvidado

El independentismo olvidado

de la pléyade de reclamaciones y guerrillas autonomistas que atormentan el mundo hoy en día, la más ignorada por la opinión pública mundial es la de los papúes de Indonesia, los indígenas de Nueva Guinea Occidental.

Esa indiferencia se debe en parte a las dimensiones del problema. Toda la población -en su inmensa mayoría, cristiana- de esta parte de Indonesia ronda los 2.700.000 (¡ 6 por km2!) y, en mucho mayor parte, a razones políticas y económicas. El territorio es enormemente rico en minas (sobre todo oro y cobre) e yacimientos petrolíferos que son explotados más o menos directamente por consorcios internacionales y, políticamente, el Gobierno de Yakarta es prooccidental. Con lo cual al mundo industrial le conviene el status quo actual y las naciones marxistas no se interesan por los papúes porque ven pocas expectativas de introducirse allá como opción política y aún menos, como alternativa económica.

Pero la frustración política de la población sólo es superada por la indiferencia con que la trató el Gobierno indonesio hasta la llegada de Jodo Widodo a la presidencia. Durante las pugnas de las islas indonesias en los años 50 por librarse de la tutela holandesa, La Haya prometió a los papúes la independencia. Pero esa promesa, Holanda no la pudo (o quiso realmente) cumplir mientras tuvo la soberanía colonial; e Indonesia, que anexionó la mitad occidental de Nueva Guinea en el 1963 ni quiso nunca asumir tal promesa ni lo quiere ahora.

Lo que sí quiere el Gobierno central y, sobre todo, Widodo -que se enfrenta a comicios presidenciales y legislativos en el próximo mes de abril- es incrementar la rentabilidad del territorio y, en lo posible, la convivencia pacífica. Para ello, el presidente saliente ha promovido un programa especial para las provincias de Papúa y Papúa Occidental cuyos puntos esenciales son la subvención del precio de la gasolina en esos territorios de la Nueva Guinea indonesia y la construcción de una autovía de 4.300 km. Esta última ha de ser la espina dorsal para fomentar la explotación de las tierras selváticas del interior ya que actualmente - y salvo las instalaciones mineras y petrolíferas -en la Nueva Guinea indonesia solamente son aprovechadas las tierras costeras para la obtención de aceite de palma, cacao y nuez moscada-.

Los independentistas -los armado, que también los hay- de las provincias neo guineanas reclaman ese impulso económico, pero también que se respete el medio ambiente (las empresas mineras causan unos destrozos ecológicos enormes) así como, y no menos, la cultura y tradiciones tribales de los pueblos de la isla. Los cerca de 7.500.000 de habitantes de toda la Isla de Nueva Guinea se comunican en 60 familias lingüísticas diferentes.