AL parecer los solsticios son apropiados para el cambio, momentos idóneos para tirar lo viejo y esperar que prospere lo nuevo. En sanjuanes se queman los enseres inútiles para usar los nuevos y en el de invierno nos deseamos prosperidad para el año nuevo entre cohetes y cava como patada festera en los cuartos traseros del reciente viejo pasado. En realidad, entre hoy y mañana no habría mayor diferencia que entre ayer y hoy, excepto en el anuario fiscal que no es diferencia menor; pero hemos puesto tal muga cultural en nuestro calendario lunasolar que cualquiera diría que mañana 1 de enero comienza una nueva vida. Ciertamente hay fecha nueva, pero a ella llegamos cargados con mochila vieja y quebraderos de cabeza parecidos.

Me alegra recordar el 2018 como el año MeToo de la salida definitiva al ágora del movimiento feminista, pero despediremos el año con decenas de mujeres asesinadas solo por serlo, con miles de denuncias por acoso y agresión, con discriminación salarial y de oportunidades profesionales, con sentencias sin pizca de justicia hacia la mujer, y nada hace pensar que el 1 de enero será diferente, aunque sea el nuevo deseado próspero-2019.

Internacionalmente no sé si podría ir peor, porque me temo que ninguna cantata del “Stille Nacht”/Noche de Paz/”Silent Night” al estilo Navidad-1914 en el frente de la I Guerra Mundial parará un Brexit desgarrador ni la guerra en Siria ni la codicia en el Zaire ni la masacre continua de palestinos por los israelitas, ni el levantamiento del muro trumpiano USA-México ni el negocio macabro del tráfico de inmigrantes a los que obligamos a jugarse literalmente la vida.

Tampoco es para tirar cohetes observar que la temperatura global sigue ascendiendo, los glaciares menguando, los (micro)plásticos inundando nuestros mares y cadenas tróficas? ante el casi nulo compromiso internacional por atajarlo.

Aquí podría ser motivo de alegría que mañana cerrarán los 26 yacimientos de carbón aún activos en España y que en 2020 dejarán de funcionar las 15 centrales térmicas existentes..., pero el rosario de paro y declive consecuente de las zonas afectadas no es precisamente para lanzar cohetes de “próspero año nuevo” ante un asunto que aunque conocido se ha dejado pudrir en el olvido social.

Y para terminar y comenzar año una encuesta de la Diputación Foral de Bizkaia sobre las preocupaciones de los vizcainos/bizkainos. Lógicamente la primera inquietud es el paro, aunque este año pasado haya descendido sensiblemente el número de parados/as; pero es llamativo el paso de la inmigración del tercero a segundo lugar, sobre todo porque la delincuencia como quebradero de cabeza social se dispara del décimo al tercer lugar por delante de pensiones, vivienda y salarios. Así que ya tenemos la inmigración embocadillada como causante entre paro y delincuencia para hacernos una idea de por dónde pueden ir los tiros populistas voxeros-ultraderechosos salvapatrias -aborto, divorcio, ley de igualdad, inmigración, concierto económico, recentralización, autonomías out?? de nuestros particulares trumps, salvinis, bolsonaros, Lepens y abascales? Y no podemos olvidar que además de próspero el 2019 será pluri-electoral.

No quiero ser como mi ama que siempre pronostica que va a perder el Athletic para luego llevarse la alegría del triunfo, pero prefiero entrar al año nuevo como pesimista, es decir como optimista bien informada.